España, 27 de septiembre.- Los centros de votación abrieron a las 09.00 hora local y cerrarán a las 20.00 horas, después de que se constituyeran las 8.182 mesas electorales. Además de los residentes en Cataluña, también tienen derecho al voto 196.062 catalanes que viven en el extranjero.
La jornada electoral ha comenzado sin que se hayan producido incidentes destacables, según informó la consejera de Gobernación del Gobierno regional catalán, Meritxell Borràs. "Los ojos del mundo están puestos sobre Cataluña y los catalanes", subrayó en declaraciones a la prensa.
Las elecciones son vividas en la región como un nuevo plebiscito independentista. Así quieren que sea los partidos del Sí, esperando que si ganan la mayoría parlamentaria, emprenderán un proceso escisionista que culminaría en 2017.
Sin embargo, los 5 millones y medio de ciudadanos habilitados para sufragrar lo harán simplemente para renovar la composición de un parlamento. Sucede que la pelea de los catalanes por independizarse del Estado español ya suma varios capítulos, sobre todo desde el presidente regional, Artur Mas, advirtió que "ya no hay marcha atrás".
La crisis económica europea, y en particular española, sumada a un impulso re-centralista encabezado por Mariano Rajoy, ha sido el caldo de cultivo ideal para que los ánimos soberanistas de la región autonómica cobren fuerza y determinación.
Desde entonces, Cataluña ha asistido a un agitado proceso: multitudinarias movilizaciones, la votación en el Parlamento a favor de un referédum para decidir, la negativa del gobierno español y la celebración de uno simbólico en el que triunfó la independencia. La elección de este domingo podría, finalmente, dar comienzo al proceso separatista.
Junts pel Sí (Juntos por el Sí) ha anunciado que si alcanza la mayoría absoluta de los escaños, iniciará a un proceso de secesión ordenado. Después de la proclamación de intenciones, dijo que constituirá un Parlamento Constituyente que redacte y apruebe una nueva carta constitucional catalana, a la que seguirá una serie de leyes de transitoriedad entre la desconexión de la legalidad española y el nuevo marco catalán.
Según el especialista de la Universidad Autónoma de Barcelona Arnau González Vilauta, el gobierno independentista guiará ese proceso partiendo de una voluntad negociadora con el gobierno central. Sin embargo, la negativa española podría tornar más turbulento el tránsito pacífico de la separación.
"Hay tres dinámicas difícilmente alterables: 1) en caso de ganar, el independentismo no dará pasos atrás aún a pesar de asumir varios riesgos; 2) los partidos políticos españoles con posibilidad de gobernar el país -PP y PSOE- no serán capaces de realizar una oferta creíble y consensuada ante una eventual mayoría independentista; 3) Teniendo en cuenta que la Unión Europea no quiere más problemas, ciertamente abordará el conflicto -como hasta ahora- con incomodidad, pero defenderá la posición de que el referéndum es la solución. ¿Querrá Madrid aprovecharlo? Creo que no", explicó.

