Una adolescente galesa de 16 años que vivió 10 con dos corazones, el propio y uno que le fue implantado cuando tenía dos años y medio, comenzó hacer una vida normal y ahora prepara unas vacaciones, en un caso que asombra a los médicos y a la opinión pública.

La revista científica The Lancet dedicó la portada a Hannah Clark, a quien el corazón implantado le fue retirado hace ya tres años. Hoy la cara sonriente de Clarke aparece en muchos medios británicos. Desde bebé, Hannah tenía un fallo en el músculo del corazón que ponía en riesgo su vida.

En 1995, cuando tenía 11 meses, los médicos adosaron a su corazón el de un donante de cinco años en el hospital Harefield de Londres.

El corazón del donante asumió las funciones del corazón propio, ya que fue "asociado" de forma paralela al corazón de Hannah. "Le dio un largo descanso al corazón de Hannah para que pudiera recuperarse", explicó el cirujano, Magdi Yacoub, del Imperial College en Londres, que lideró el equipo de médicos.

En muchos trasplantes aparecen complicaciones: para que el cuerpo de Hannah no rechazara el corazón ajeno tuvo que tomar medicamentos que suprimieran el sistema inmunológico. Esta llamada "supresión inmunológica" desató un cáncer especial.

Hannah tuvo que someterse a quimioterapias y por momentos estuvo en silla de ruedas. Algunos años después de la operación se demostró que el corazón donado se había visto afectado cuando los médicos redujeron los medicamentos para la supresión inmunológica.

El cuerpo de Hannah comenzó a rechazar el segundo corazón. Los médicos decidieron entonces en 2006 eliminar el órgano ajeno, ya que el propio de Hannah ya se había recuperado.