Cientos de miles de jóvenes de todo el mundo han acudido a Portugal para dar la bienvenida al Papa Francisco cuando llegue hoy para clausurar un encuentro apodado como ‘el Woodstock católico’.
La Jornada Mundial de la Juventud, un evento ideado por el fallecido Juan Pablo II para formar a jóvenes católicos en la adolescencia o a principios de la veintena, se celebra cada dos o tres años en una ciudad diferente. Esta será la primera desde 2019 debido a la pandemia del Covid-19.
Se han montado dos escenarios en diferentes lugares donde los jóvenes se reunirán para misas, vigilias y otros encuentros sociales y religiosos. El Vaticano dijo que se han inscrito unos 330.000 jóvenes, pero las autoridades portuguesas dijeron que se espera la asistencia de más de un millón de personas.
Francisco, de 86 años, que realiza su primer viaje desde la operación intestinal a la que fue sometido en junio y utiliza una silla de ruedas y un bastón.