La petrolera British Petroleum (BP) accedió ayer a aportar 20.000 millones de dólares a un fondo de compensación por el derrame en el Golfo de México, pidió "perdón" por el desastre y anunció la suspensión de dividendos para afrontar los gastos por el vertido, tras una reunión con el presidente de EEUU, Barack Obama.
A esa lista de concesiones se suma otro fondo dotado con 100 millones de dólares para indemnizar a los que se quedaron sin trabajo tras la explosión el 20 de abril en la plataforma operada por British Petroleum (BP) en el Golfo de México que ocasionó el derrame de crudo.
El encuentro en la residencia oficial estadounidense sentó alrededor de la misma mesa durante más de cuatro horas a la plana ejecutiva de BP con Obama, el vicepresidente Joe Biden, el fiscal general de EEUU, Eric Holder, el comandante de la Guardia Costera Thad Allen y el asesor económico Larry Summers, entre otros.
Obama, al que las encuestas "culpan" de no tener suficiente mano dura con BP, calificó la reunión de "constructiva" e insistió en declaraciones en la Rosaleda de la Casa Blanca al final de la misma que seguirá exigiendo a la empresa "responsabilidad" por la catástrofe.
