Luis Lacalle Pou. El candidato del Partido Nacional saca una exigua ventaja pero aún no puede cantar victoria. Si se confirma su triunfo, la centroderecha volverá al poder tras 25 años de sequía.

 

Uruguay vivió ayer una jornada electoral inédita, y que aún tiene final abierto, ya que el escrutinio oficial del balotaje para elegir al nuevo presidente cerró con un virtual empate y postergó la definición hacia final de semana según lo adelantó anoche la Corte Electoral. Así las cosas, los millones de uruguayos que concurrieron a las urnas -el 90% del padrón electoral- se fueron a dormir sin saber quién comandará los destinos del país por los próximos cuatro años.

Escrutados el 97,7 de los votos, el recuento oficial le daba una exigua ventaja de 31.000 votos al candidato del opositor Partido Nacional de centroderecha, Luis Lacalle Pou, que obtenía el 48,8% de los votos contra el 47,5% del candidato oficialista del Frente Amplio, Daniel Martínez.

Ante esta ajustada definición, la Corte Electoral anticipó anoche que habrá que esperar hasta jueves o viernes para conocer el nombre del próximo presidente.

De acuerdo a lo que dijo el presidente de la Corte Electoral, José Arocena, al diario El País: "Esto se debe a que la cantidad de votos observados es similar a la diferencia entre los candidatos".

Si bien dos encuestadoras dieron ganador a Lacalle en dos bocas de urna, más tarde otras dos dieron ganador a Martínez, lo que mostró un desconcertante escenario en las calles de Montevideo con simpatizantes de los dos partidos festejando. Pero a medida que pasaban las horas, la tensión crecía y la gente esperaba desconcertada la definición.

Las elecciones presidenciales de Uruguay fueron muy observadas a nivel regional ya que justo estuvieron atravesadas por un contexto de alta volatilidad y crisis política en la región con violentas protestas en Chile, Bolivia, Colombia y Haití, producto de una rebelión social asociada a la crisis económica. Pero Uruguay parece ser la luz al final del túnel, con un nivel de estabilidad que hace que el próximo presidente electo no deba enfrentar un estallido social.

Sin embargo, Uruguay, que lleva 15 años de crecimiento económico sostenido, se ve en las puertas de una etapa económica compleja, en la que el déficit fiscal, el valor del dólar y la situación del desempleo jugarán un rol clave en el próximo quinquenio. Además, esta incertidumbre acerca del resultado electoral tan estrecho, acrecienta la posibilidad de una crisis política.

La gerente senior del Departamento de Asesoramiento Económico Financiero en Deloitte Uruguay, Florencia Carriquiry, explicó a Efe que el próximo presidente va a encontrar "una economía estancada".

Para la experta, 2020 comenzará con un buen impulso debido a que se pondrá en marcha la inversión de la segunda planta de pasta de celulosa de la empresa finlandesa UPM -la tercera de este tipo en el país- pero no se prevé un crecimiento relevante más allá de ello. Y se calcula un déficit fiscal probablemente arriba del 5% del PIB lo que requerirá de un ajuste. Pese a este escenario, tanto Lacalle Pou como Martínez aseguraron durante la campaña que "no aumentarán los impuestos".

 

  • Cómo piensa sobre el Mercosur y Venezuela

El candidato que corría con ventaja, Luis Lacalle Pou, es hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1991-1995) y de la exdiputada Julia Pou, basó buena parte de su campaña en eliminar algunas de las etiquetas que arrastra para sumar votos de afuera de su partido. Hijo de una familia acomodada, cursó sus estudios primarios y secundarios en el British School de Montevideo y en 1998 se recibió de abogado en la Universidad Católica del Uruguay.

Está casado con Lorena Ponce de León, con quien se conoce desde sus 18 años y con quien tuvo tres hijos, los mellizos Violeta y Luis Alberto, de 24, y Manuel, de 14.

A su perfil de joven acomodado se suman las etiquetas que le colocan desde el izquierdista Frente Amplio, que lo compara con el presidente Mauricio Macri. De hecho, hace cuatro años celebró la victoria electoral de Macri y llamó "populista" al peronismo que presentaba a Daniel Scioli como candidato presidencial.

Sin embargo, Lacalle Pou ya aseguró que trabajará con el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández.

Sobre Venezuela, se distanció de la actual postura del gobierno uruguayo: "Es una dictadura y Nicolás Maduro es un dictador. En eso nos diferenciamos con lo que piensa nuestro actual gobierno", afirmó.

En la última escalada regional contra Venezuela, Uruguay se alineó con países como México, favorables al diálogo y a permitir que sean los propios venezolanos los que resuelvan su crisis, manteniéndose al margen del grupo de Lima. En cuanto al Mercosur, Lacalle se muestra favorable a una flexibilización del bloque regional, en línea con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y el propio Macri y se inclina por tratados de libre comercio con países del Pacífico latinoamericano.