El Fondo Monetario Internacional (FMI) nombró ayer a la ministra de Economía de Francia, Christine Lagarde, como nueva directora gerente, una decisión que mantiene inalterable el monopolio europeo al frente del organismo, pero que rompe, por primera vez desde su fundación en 1945, la tradicional hegemonía masculina en la jefatura.

El anuncio de la elección de Lagarde, por un mandato de 5 años, se produjo dos días antes de que se venciera el plazo dado por el FMI para designar al sustituto del también francés Dominique Strauss-Kahn, quien renunció en mayo acusado de intento de violación de una empleada del hotel donde se alojaba en Nueva York.

“El Consejo Ejecutivo del FMI seleccionó hoy a Christine Lagarde para servir como directora gerente del Fondo para un mandato de cinco años que comenzará el 5 de julio”, indicó el organismo en un comunicado.

La ministra de Economía francesa de 55 años dice no tener dudas de que el ser mujer es un punto a su favor.

“Me presento ante ustedes como una mujer, con la esperanza de contribuir a la diversidad y equilibrio de esta institución”, dijo el jueves pasado en Washington ante los 24 miembros del consejo ejecutivo del FMI.

Lagarde también prometió trabajar para adaptar la estructura de poder del Fondo a la cambiante realidad económica.

El gran reto que se le presenta ahora a la francesa es la crisis europea, con Irlanda, Portugal y sobre todo Grecia pendientes de un paquete de rescate internacional, y que algunos opositores a su candidatura criticaron por el posible conflicto de intereses que suponía.

Famosa por su discreta elegancia y su debilidad por los trajes Chanel, la que en 2007 se convirtió en la primera ministra de Economía de Francia cree que “nunca debería de haber demasiada testosterona en la misma habitación”.

“Si se les deja solos, los hombres tienden a crear líos”, dijo en febrero al diario británico The Independent.

En su opinión, el colapso financiero de 2008 fue fruto, en parte, del espíritu agresivo, avaricioso y alto en testosterona dominante en el mundo de las finanzas.

De ahí que defienda una mayor presencia femenina, que considera positiva siempre y cuando, eso sí, las mujeres “acepten ser ellas mismas y no se dediquen a los juegos de chicos”, según explicó en mayo al diario The New York Time.

Lagarde se impuso a su rival, el mexicano Agustín Carstens, gobernador del Banco Central de México, quien se había autodenominado el candidato de los “mercados emergentes”.
Con este nombramiento queda patente la incapacidad o el desinterés de los mercados emergentes de lograr una candidatura de consenso. Durante todo el proceso, las grandes economías emergentes como India, Rusia, China y Brasil eludieron respaldar explícitamente una candidatura, y no decantaron hasta los últimos días su voto para Lagarde, dando así la espalda a la propuesta de Carstens. El mexicano había lanzado su candidatura como un desafío a las economías avanzadas en un momento en el que los mercados emergentes son más conscientes de su potencial de crecimiento y buscan incrementar su peso específico en la toma de decisiones a nivel mundial.