El Papa Francisco y el patriarca ortodoxo ruso Kiril (Cirilo) firmaron ayer en La Habana (Cuba) una declaración común en la que fue la primera reunión de los jerarcas de las dos religiones después de casi 1.000 años ante los desafíos como la persecución de los cristianos en Oriente Medio.
‘La conciencia cristiana y la responsabilidad pastoral no nos permiten que permanezcamos indiferentes ante los desafíos que
requieren una respuesta conjunta‘, se leía en la declaración que ambos firmaron.
La reunión histórica llega justo por el motivo que explicaban en este documento común: la necesidad de dar atención ‘hacia aquellas
regiones del mundo donde los cristianos están sometidos a persecución‘. ‘En muchos países de Oriente Medio y África del Norte se exterminan familias completas de nuestros hermanos y hermanas en Cristo, pueblos y ciudades enteros habitados por ellos. Sus templos
están sometidos a la destrucción bárbara y a los saqueos, los santuarios – a la profanación, los monumentos – a la demolición‘, denunciaron.
El Papa y el patriarca ortodoxo ruso se abrazaron y besaron ayer, en el histórico encuentro después de la separación de las ramas oriental y occidental del cristianismo. ‘Finalmente‘, dijo el Sumo Pontífice a Kirill mientras entraban en un salón del aeropuerto de La Habana para sostener un diálogo privado. ‘Somos hermanos‘, agregó.
Ambos líderes religiosos, huéspedes de un Gobierno comunista, están interesados en poner fin a diferencias entre sus iglesias y en unirse en un llamado a que acabe la persecución y matanza de cristianos en Oriente Medio. Las expectativas también rondaban en que en el encuentro hablen de las disputas territoriales entre las dos iglesias tras la caída de la Unión Soviética, así como sobre los desacuerdos entre Rusia y Occidente respecto a Siria y Ucrania. ‘Está muy claro que ésta es la voluntad de Dios‘, dijo el Papa. El patriarca Kirill añadió: ‘Sí, las cosas son mucho más fáciles ahora‘.
Con la reunión de ayer, Cuba se anotó una victoria diplomática: haber conseguido ser la sede del primer encuentro, en 962 años, de los líderes de ambas religiones cristianas y de una posible reconciliación simbólica entre Oriente y Occidente.
Las diferencias políticas tras la separación del Imperio Bizantino del Sacro Imperio Romano y religiosas por el liderazgo sobre la cristiandad separaron hace mil años la Iglesia Ortodoxa Rusa y la Católica Romana, lo que subraya el carácter histórico de la reunión entre Francisco y el patriarca Kirill.
En 1054 hubo un Gran Cisma de Oriente y Occidente: esa ruptura de la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa tuvo entre sus causas elementos religiosos y políticos. Entre éstos últimos se cuentan la separación del Imperio Bizantino del Sacro Imperio Romano y la competencia por el liderazgo sobre toda la cristiandad. Tras la reunión de dos horas con Kirill, el Papa partió ayer a México para iniciar su visita de cinco días.