Austria vuelve a ser escenario de una macabra historia criminal en la que, esta vez, aparece involucrada una ciudadana española, sobre la que pesa una orden europea de detención.
Estíbaliz C., 32 años, propietaria desde hace cinco de una heladería en un distrito del extrarradio de Viena. Ese es el perfil de la española a la que la policía busca. En el sótano del edifico donde está su establecimiento se hallaron el lunes pasado restos de dos cadáveres descuartizados, incrustados en dos heladeras llenas de cemento. Junto a ellos, dos rifles con mira telescópica, un bolso de mujer con una pistola dentro y una libreta con anotaciones en español.
El martes, Estíbaliz desapareció y al día siguiente la Fiscalía de Viena emitió una orden de arresto comunitaria, ‘bajo la sospecha de que está relacionada con los dos cadáveres encontrados porque se cree que el sótano donde fueron hallados le pertenece‘, según indicó un portavoz policial a la agencia de noticias Efe.
‘Deseo que ella no sea culpable y que haya escapado sólo por miedo‘, confío ayer Erkan Köksal, propietario de la peluquería ubicada junto al local de la española. La española es una mujer educada, guapa, simpática, asegura Erkan desde un local a escasos metros del edificio donde se encontraron los restos humanos.
Fue el propio Köksal quien dio origen al macabro descubrimiento: durante las obras de acondicionamiento de su peluquería, los operarios tuvieron que trabajar en el sótano y acceder a ese espacio donde se encontraron los cuerpos. ‘Ella sabía que estábamos trabajando y vino por lo menos tres o cuatro veces a ver dónde íbamos en el sótano‘, narra Köksal. De hecho, él mismo trató de averiguar a qué vecino pertenecía ese sótano, ya que el desagüe del edificio está en su interior y tenían necesariamente que acceder a él.
‘Nadie comunicó nada y entramos‘, añade. Allí dentro se sorprendieron, primero, por la presencia de las armas y, luego, por las heladeras llenas de cemento. Uno de los albañiles se puso a escarbar con una pala. Una bolsa de basura salió a la luz. ‘La abrimos y entonces salió ese hedor. Y llamamos a la Policía‘, explica.
La prensa amarilla austríaca da por hecho que uno de los cadáveres pertenece a un ex novio, que desapareció el pasado noviembre sin dejar rastro.
También hay rumores sobre una pareja anterior, un alemán, desaparecido igualmente desde hace más de un año. Ahora la Policía anda a la búsqueda de la española, a quien Köksal vio abandonar su tienda el martes por la mañana, después de que un cliente le contara que la tarde anterior se habían encontrado los cuerpos y que las fuerzas del orden estaban investigando.
‘Salió de la heladería. Cruzó el paso de peatones, se fue a la parada de autobús. Telefoneó y se marchó. Desde entonces no la he vuelto a ver‘, cuenta el peluquero. Las primeras informaciones hablan de que vació sus cuentas corrientes y reservó un vuelo a Barcelona. Sin embargo, los agentes no pudieron localizarla en el aeropuerto de Viena y su paradero sigue siendo un misterio.

