A estas alturas, no hay ninguna duda de que los terroristas que realizaron el atentado de Barcelona tenían como objetivo causar un daño muchísimo más mayor del que causaron en Las Ramblas.
 

 

Tras encontrarse más de 100 bombonas de butano en Alcanar, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil tienen claro que el objetivo real de los terroristas yihadistas era volar algún monumento emblemático de Barcelona, siendo la Sagrada Familia el objetivo principal al tratarse de un símbolo de la ciudad y también al tratarse de un templo católico.

 

Una explosión de las dimensiones que tenían en mente los yihadistas habría provocado una auténtica masacre, puesto que al año entran cerca de cinco millones de personas, mientras que por las afueras de la Sagrada Familia, pasan 20 millones de personas anualmente, siendo uno de los monumentos más visitados de toda Europa.

 

Afortunadamente, los yihadistas no pudieron llevar a cabo dicho plan debido a la explosión que se produjo en Alcanar, donde murieron dos terroristas. Eso precipitó que la célula yihadista adelantase su plan de atentar e hiciera uso de una furgoneta para causar el caos en Las Ramblas de Barcelona, donde a diario pasan casi 300.000 personas.