Las calles de Caracas (capital de Venezuela) se tiñeron ayer de rojo al paso del féretro del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, acompañado por un mar de fervientes seguidores en su viaje de ayer desde el hospital hacia la Academia Militar de Caracas, donde quedó instalada una capilla ardiente hasta mañana.
El cortejo fúnebre de Chávez, fallecido el martes pasado a los 58 años a raíz de un cáncer, fue acompañado por miles de sus seguidores que se apostaron a lo largo de los 6,3 kilómetros de un recorrido que empleó más de cinco horas y encabezaron el vicepresidente, Nicolás Maduro (ahora Presidente encargado), y el presidente de Bolivia, Evo Morales.
Envuelto en un mar de seguidores, el cortejo fúnebre de Chávez, llegó ayer a la Academia Militar, donde el gobernante permanecerá en capilla ardiente hasta el funeral de Estado convocado para mañana.
Tras ser instalado ayer en capilla ardiente en la Academia Militar, los presidentes de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; Bolivia, Evo Morales; y Uruguay, José Mujica, hicieron la primera guardia de honor. Posteriormente, Maduro, y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, permanecieron a cada lado del féretro junto a otros integrantes del Gobierno.
Luego lo hicieron los hijos del presidente: Rosa Virginia, María Gabriela, Hugo y Rosinés, así como una de las nietas de Chávez, en medio de un largo aplauso de los asistentes.
La carroza con el féretro del jefe de Estado llegó a su destino tras un recorrido que duró más de cinco horas e inundó las calles de Caracas (capital venezolana) de miles de simpatizantes vestidos del tradicional rojo del chavismo y con banderas de Venezuela.
El vehículo atravesó en su último tramo el paseo de Los Próceres, que forma parte del complejo Fuerte Tiuna, donde también está la Academia Militar, y donde muchas veces Chávez (58 años) encabezó diversos actos militares.
Encabezado por el vicepresidente, Nicolás Maduro, que ahora es el presidente a cargo, el cortejo partió del Hospital Militar de Caracas, en el centro capitalino, donde el martes pasado el líder e impulsor de la revolución bolivariana falleció víctima del cáncer.
‘Ay, mi Chávez‘, lloraba desconsolada Rosa Valera, una jubilada de 69 años, al ver pasar el féretro del mandatario, cubierto de flores amarillas y blancas y una gran bandera venezolana. Pequeños, adultos y mayores acompañaron la comitiva fúnebre con banderas venezolanas, fotografías, cuadros y camisetas con imágenes del gobernante, gritando mensajes de apoyo al Ejecutivo.
El duelo general, patente también en los rostros de soldados, contrastaba con la habitual música llanera, las fanfarrias y canciones de batalla que no dejaron de sonar en este día triste. Los actos fúnebres arrancaron con el retumbar de 21 cañonazos de salva a las 8.00 hora local (9.30 de Argentina). Miles de venezolanos lloraron frente a los televisores y al paso del féretro, como inicialmente lo hizo de manera desconsolada la madre de Chávez, Elena de Chávez.
También el presidente boliviano, Evo Morales, se lamentaba mientras el coche fúnebre avanzaba lentamente entre una sentida marea roja que mandaba besos.