Tres piratas informáticos, de los que sólo uno ha sido detenido, fueron acusados en Nueva Jersey de robar más de 130 millones de números de tarjetas de crédito y débito en el que la Fiscalía define como el mayor delito de robo de identidades jamás cometido en EEUU.
Albert González, de 28 años y oriundo de Miami (Florida), fue acusado, junto con otras dos personas que no han sido identificadas, de perpetrar "el mayor delito de piratería informática y robo de identidades jamás procesado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos", informó la Fiscalía de Nueva Jersey en un comunicado.
González, conocido en internet como "segvec", "soupnazi" y "j4guar17", utilizó, junto con otras dos personas que, según las autoridades estadounidenses, podrían residir en Rusia o cerca de ese país, "una sofisticada técnica" con la que se infiltraron en las redes informáticas de numerosas entidades financieras y comerciales para robar información de las tarjetas bancarias de sus usuarios. Entre las redes a las que accedieron se encuentran tiendas de abastos; estaciones de gasolina; compañía de gestión de pagos electrónicos y una cadena de supermercados, además de dos empresas cuya identidad no ha sido desvelada.
La acusación asegura que los tres piratas informáticos, que iniciaron sus operaciones en octubre de 2006, enviaban la información que conseguían a servidores informáticos que operaban en Nueva Jersey y en el exterior de Estados Unidos.
"Los conspiradores utilizaron sofisticadas técnicas de ataque para borrar sus huellas y evitaban ser detectados por los programas antivirus que utilizaban sus víctimas", añadió la acusación.
La Fiscalía explicó que González y sus cómplices identificaban grandes corporaciones y estudiaban el tipo de sistema de pago mediante tarjeta bancaria con el que operaban en sus sucursales. "Una vez que identificaban esos sistemas informáticos, se enviaba esa información a unos servidores que servirían como plataforma de los ataques informáticos", explicó la dependencia
González se podría enfrentar a una pena de hasta 35 años de cárcel y a una multa de 1,25 millones de dólares.
