Las Fuerzas Armadas de Egipto derrocaron ayer al presidente Mohamed Mursi, suspendieron la Constitución y anunciaron un período de transición política apoyado por líderes opositores, religiosos y de organizaciones juveniles.

Cientos de miles de opositores congregados en la plaza Tahrir de El Cairo estallaron en muestras de júbilo al conocerse el anuncio del Ejército, que llegó luego de varios días de manifestaciones en exigencia de la renuncia de Mursi y de enfrentamientos con seguidores del presidente que dejaron más de 30 muertos.

En su primera reacción al anuncio del general Abdel Fatah Al Sisi, el islamista Mursi denunció por Twitter a las Fuerzas Armadas egipcias por dar un ‘golpe de Estado‘ contra su gobierno y llamó a ‘todos los hombres libres del país‘ y a los altos mandos militares a rechazarlo.

No quedó inmediatamente claro dónde se encontraba Mursi, ya que ni las nuevas autoridades de facto del país ni sus seguidores informaron de su paradero.

En la capital, poco después, decenas de miles de seguidores de la Hermandad Musulmana, el movimiento islamista al que pertenece Mursi, se congregaron en la Universidad de El Cairo y en la zona de Ciudad Nasser, en el otro extremo de la ciudad respecto de Tahrir, para protestar contra el golpe de Estado.

‘El Ejército está prendiendo fuego a las calles, llamando a la guerra civil. Estas personas que apoyan a Mursi están dispuestas a dar su vida en esta situación‘, dijo Yasser Soliman, un partidario del derrocado presidente, en declaraciones a la cadena de noticias Al Jazeera ante la Universidad de El Cairo.

Más temprano, rodeado de líderes de la oposición y dignatarios religiosos, el general Al Sisi dijo en un mensaje televisado que Mursi rechazó el diálogo con la oposición que pedían las Fuerzas Armadas y que su discurso de antenoche, en el que se negó a renunciar, no estuvo ‘a la altura de las expectativas del pueblo‘.

Antes de anunciar el derrocamiento de Mursi, el jefe del Ejército egipcio prometió que ‘las Fuerzas Armadas se mantendrán siempre al margen de la política‘ y aseguró que fue ‘el pueblo egipcio (quien) convocó a las Fuerzas Armadas a cumplir los objetivos de la revolución‘, informó el diario local Al-Ahram.

Según explicó, el ‘período de transición‘ que comenzó ayer en Egipto estará guiado por cuatro puntos.

En primer lugar, la disolución de la Constitución Nacional; en segundo, la convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas.

Hasta la celebración de dichos comicios, hoy asumirá la presidencia transitoria el presidente de la Corte Suprema Constitucional, Adly Mansour, dijo el general.

El magistrado deberá formar un gobierno de unidad nacional y también, como último punto, se constituirá un comité encargado de analizar reformas a la constitución, especialmente a aquellas enmiendas aprobadas durante el año de gobierno de Mursi.

Antes de dar por terminado su discurso ante las cámaras de televisión, el jefe del Ejército aclaró que apoya las ‘protestas legítimas‘ y pidió a los millones que están en las calles ‘abstenerse de la violencia‘.