Miles de personas marcharon ayer por las calles de Santiago de Chile con fotos alzadas al cielo gris de compatriotas y familiares asesinados o detenidos desaparecidos en la manifestación anual en memoria del golpe de Estado del general Augusto Pinochet contra el Gobierno democrático del socialista Salvador Allende, del que este 11 de septiembre se cumplen 50 años.
A la cabeza de la marcha, el presidente de la república, Gabriel Boric estuvo acompañado por miembros de su Gobierno, dirigentes del Partido Comunista, líderes de las asociaciones de víctimas y personalidades de relevancia como el juez español Baltasar Garzón, el hombre que logró la detención del dictador.
El momento más emotivo se produjo al paso por Morandé 80, la mítica puerta del Palacio de la Moneda por la que salió hace medio siglo el cadáver del presidente Allende tras la cruenta batalla con las fuerzas golpistas, y por la que nunca había pasado la marcha desde que se retomaran las protestas en democracia.
Fue en ese momento en el que un Boric emocionado se sumó a manifestantes que se dirigían hacia el cementerio de Recoleta entre gritos de ‘Salvador Allende, presente’.