Con un acto al que no asistirán varios dirigentes históricos, el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) celebra hoy el 30 aniversario de la acción armada que el 19 de julio de 1979 derrocó a la dictadura de Anastasio Somoza.
Aquella revolución duró 11 años y abandonó el poder derrotada en 1990 en elecciones libres, la misma vía por la que retornó al gobierno en 2007 como fuerza política alejada de la lucha armada.
Sumamente austera y a plena luz del día, para ahorrar gastos, será la conmemoración del triunfo de aquella insurrección popular del 19 de julio de 1979 que llevó al poder al Frente Sandinista de Liberación Nacional(FSLN), decidió el ex guerrillero y actual presidente Daniel Ortega.
El FSLN hoy gobierna un país devastado por años de guerra civil y por las tres gestiones neoliberales que se sucedieron a partir de 1990, que profundizaron la brecha social, concentraron la riqueza en el sector financiero y comercial y condenaron al 78 por ciento de la población a vivir con menos de dos dólares diarios, según el periodista William Grigsby, uno de los más agudos analistas de la actual coyuntura nicaragüense.
Ochenta años después de la guerra patriótica de Augusto César Sandino contra las tropas invasoras de EEUU y a medio siglo de la fundación del FSLN, el actual gobierno de Ortega enfrenta una verdadera catástrofe económico social.
Después de haber eliminado el analfabetismo entre el 79 y el 90, Nicaragua volvió a padecerlo en el 2007 en el 38 por ciento de la población; 100 niños muertos por cada 10.000 nacidos y más de 1,5 millones de personas expulsados por la pobreza.
Nicaragua, por tradición, es un país de economía campesina, de pequeños y medianos propietarios que poseen menos de 5 hectáreas. La mayor parte de ellos había recibido su parcela durante la revolución, pero muchos de ellos no recibieron el título de propiedad por lo que no pudieron acceder a créditos en los años de neoliberalismo y se vieron obligados a vender sus tierras.
Ortega superó los apagones que padecía su país durante más de 11 horas diarias con el petróleo aportado por su par venezolano Hugo Chávez, y ahora plantea un "plan Hambre Cero".

