Después de tres días de pulseada transmitida en vivo y directo y con un cronómetro en los canales de noticias, el presidente de EEUU, Donald Trump, se anotó ayer una victoria en el Congreso, aunque de corto plazo, que permitió aprobar fondos para que su gobierno vuelva a funcionar desde hoy.
El Senado, con 266 votos a favor y 150 en contra, aprobó reabrir el Gobierno federal y extender los fondos hasta el 8 de febrero, así como para proporcionar financiación para el Programa de Seguro de Salud para Niños durante seis años.
“Estoy contento de que los demócratas en el Congreso entraron en razón”, aseguró Trump en un comunicado leído por su vocera ante las cámaras e hizo una aclaración que es clave: prometió que sólo votará una ley migratoria, “si es buena para el país”. El mandatario, quien recordó que su prioridad es “resolver el problema de la injusta inmigración ilegal”, hizo referencia directa al corazón del acuerdo más o menos explícito que alcanzaron oficialismo y oposición ayer en el Senado para dar luz verde a la ley presupuestaria que ponga fin al cierre parcial del gobierno hasta el 8 de febrero. “En unas horas, el gobierno federal volverá a abrir. Pero el liderazgo republicano tiene 17 días para encontrar una solución para los soñadores”, sentenció el líder de la minoría demócrata en la cámara alta, Chuck Schumer, antes de anunciar que daría los votos para superar la primera votación, el único obstáculo que tiene hoy el oficialismo en todo el proceso legislativo.
Los llamados soñadores son cerca de 800.000 jóvenes inmigrantes que llegaron al país con sus familias cuando eran menores y se quedaron de manera ilegal. El gobierno del expresidente Barack Obama no les abrió un camino a la legalización, pero sí creó un programa -el DACA- para que puedan estudiar y trabajar. En septiembre pasado Trump no renovó ese decretó de Obama y le pidió al Congreso que defina la situación de esos jóvenes por ley.