El candidato del Partido Nacional, Porfirio Lobo, se impuso ayer en las elecciones presidenciales de Honduras, sumida en una crisis política tras un golpe de Estado que derrocó de la presidencia a Manuel Zelaya.
El hacendado Lobo, candidato de la derecha opositora, obtenía un 55,86 por ciento de los votos, según los primeros datos difundidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), escrutadas 4.159 urnas sobre 15.269 totales. Mientras que Elvin Santos, el candidato del Partido Liberal (al que pertenece el actual presidente de facto, Roberto Micheletti) conseguía un 38,24 por ciento.
El cierre de los comicios se prorrogó una hora, en una jornada en la que hubo enfrentamientos entre la Policía y seguidores del depuesto Zelaya, en San Pedro Sula, en el norte de Honduras. En esos incidentes hubo al menos un herido, un detenido y dos personas de las que no se conoce el paradero, informaron fuentes del Frente de Resistencia.
Un camarógrafo de una agencia internacional que recibió una pedrada en la cabeza resultó herido en la manifestación de unas mil personas para protestar contra las elecciones.
El Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado afirmó que la abstención en las elecciones generales fue de entre el 65 y el 70 por ciento.
Aunque se dice amigo del derrocado Zelaya, Lobo trató de mantenerse al margen de la crisis política y defendió el proceso electoral argumentando que los comicios estaban programados desde antes del golpe de Estado. Como Micheletti, lleva años como diputado del Congreso unicameral y ha ocupado la presidencia del mismo.
Aunque cuentan con la aceptación de EEUU, estas elecciones son consideradas ilegítimas por una mayoría de gobiernos latinoamericanos disgustados con el golpe de Estado que derrocó en junio pasado al mandatario Manuel Zelaya.
Honduras quedó dividida luego de que Zelaya fuera sacado del poder a fines de junio por sus supuestos intentos de abrir el camino a la reelección.
Gran parte de la comunidad internacional amenaza con desconocer al ganador, tras haber intentado sin éxito convencer al Gobierno de facto de Roberto Micheletti de restituir a Zelaya para darle legitimidad a los comicios.
Algunos partidarios de Zelaya incluso desoyeron el llamado del depuesto mandatario de boicotear las elecciones. "Yo estoy con Zelaya, pero fui a votar por el Partido Liberal para que no nos gane Lobo, y porque ya varios países han dicho que van a reconocer las elecciones, entre ellos EEUU", dijo resignado Orlando Pereira, un funcionario de gobierno de 51 años.

