Un equipo de esta universidad y del Centro de Investigación Biomédica de la Salud del Instituto Nacional de Investigación Sanitaria, ambos en el Reino Unido, llegaron a estos resultados analizando los riesgos de 14 trastornos diferentes en 1,25 millones de pacientes dos años después de haber transitado la covid-19, la mayoría de ellos en Estados Unidos.

A continuación, los compararon con un grupo similar de personas que habían padecido una infección respiratoria diferente. Para ello, utilizaron datos de la red de registros sanitarios electrónicos TriNetX, con sede en EEUU. Los resultados, publicados en The Lancet Psychiatry, indican que hasta dos años después de padecer coronavirus, la niebla cerebral, demencia y convulsiones son más frecuentes que si se hubieran transitado otra infección respiratoria.

También existe un mayor riesgo de ansiedad y depresión en adultos, sin embargo, esto desaparece dentro de los dos meses posteriores a la infección. Los niños tienen más probabilidades de ser diagnosticados con convulsiones y trastornos psicóticos, pero la probabilidad de la mayoría de los diagnósticos después del coronavirus fue menor que en los adultos.

 

OMS pide segunda dosis de refuerzo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó ayer por primera vez que las personas mayores reciban una segunda dosis de refuerzo de la vacuna contra covid. El presidente del Grupo Consultivo Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE), Alejandro Cravioto, aclaró en Ginebra, sede del ente, que esto no significa una recomendación de refuerzo regular cada cuatro o seis meses. El SAGE deja abierta la franja etaria exacta en su recomendación, por lo que cada país tendrá que decidir por sí mismo a qué edad quiere ofrecer la segunda vacuna de refuerzo, si bien el panel apunta que lo ideal es que se apliquen entre cuatro y seis meses después de la primera dosis de refuerzo. El 82,3% de la población argentina recibió al menos dos dosis. El 45,4% de la población argentina recibió el primer refuerzo. El 56,8% de la población de 18 y más años recibió el primer refuerzo mientras que en el grupo de 50 y más años la cobertura es del 70,3%.

Según el estudio, la variante Delta se asocia con más trastornos que la Alfa, mientras que la Ómicron se relaciona con riesgos neurológicos y psiquiátricos similares a los de la Delta. Desde que empezó la pandemia, existe evidencia de que los que tuvieron covid podrían tener un mayor riesgo de padecer afecciones neurológicas y psiquiátricas.

Una investigación anterior, realizado por el mismo grupo, mostró que los que superaron la covid-19 tienen un mayor riesgo de sufrir varias afecciones neurológicas y de salud mental en los primeros seis meses después de la infección.

Hasta ahora no había datos sobre los riesgos durante un largo período de tiempo. El autor principal del estudio, Paul Harrison, señaló que ‘los resultados sugieren que es probable que ocurran nuevos casos de afecciones neurológicas relacionadas con la infección por coronavirus durante un tiempo considerable después de que la pandemia haya disminuido’. Télam