Atrincherado en el sur. El frente del supermercado donde el terrorista mató a dos personas y se atrincheró con un grupo de rehenes.

 

Un presunto islamista radical inspirado por el grupo Estado Islámico (EI) mató ayer a tres personas e hirió a 16 en una serie de ataques que culminó en una toma de rehenes en el sur de Francia, donde el agresor fue ultimado por la policía.

El episodio de violencia fue considerado como la acción yihadista más grave en el país desde la asunción del presidente Emmnanuel Macron, en mayo del año pasado.

La toma de rehenes en un supermercado de Trèbes (sur de Francia), acabó con muertos, antes de que el terrorista fuera abatido por las fuerzas del orden. Redouane Lakdim, de 25 años y nacido en Marruecos, comenzó a media mañana un periplo mortal que acabó tres horas y media más tarde, tras haber matado a esas tres personas y causado dieciséis heridos, varios de ellos de gravedad, según el presidente francés, Emmanuel Macron.

Estado Islámico asumió el atentado en sus canales habituales.

Se trata del primer atentado de índole yihadista que vive Francia desde el asesinato de dos jóvenes en la estación de trenes de Marsella, el 1 de octubre de 2017, y el decimotercero con víctimas mortales desde el cometido contra el semanario satírico “Charlie Hebdo”, el 7 de enero de 2015. En todos ellos, 201 personas han perdido la vida.

Lakdim -condenado en 2011 y 2015 por pequeños actos de delincuencia e incluido también desde 2014 en el fichero de potenciales radicales- actuó armado de una pistola de 9 milímetros. Se trata de un “delincuente común”, un “pequeño traficante” que las autoridades no pensaban que iba a actuar, afirmó el ministro francés del Interior, Gérard Collomb.

En un primer momento, Lakdim atacó en las calles de Carcasona a los ocupantes de un coche, matando de un tiro a uno de ellos. Así se hizo con el vehículo con el que se dirigió al cuartel del cuerpo de antidisturbios, cerca de la cual disparó contra un grupo de cuatro agentes e hirió de gravedad a uno.

El terrorista fue entonces al vecino pueblo de Trèbes, a 8 kilómetros de distancia, donde penetró al grito de “Alá es grande” en un supermercado situado en una zona residencial, mató a dos personas y se atrincheró en el interior con un grupo de rehenes.

En el transcurso de la toma de rehenes, un teniente coronel de la Gendarmería de 44 años, se ofreció para intercambiarse por los retenidos, lo que se reveló clave en la resolución de la crisis. Gracias a que dejó su teléfono encendido sobre una mesa, las fuerzas del orden pudieron seguir desde el exterior lo que sucedía dentro y, en el momento que oyeron un disparo, lanzaron un asalto que acabó con la muerte del terrorista.

La investigación abierta, que incluye los cargos de asesinato y secuestro en relación con una organización terrorista, permitió además la detención de una mujer relacionada con el autor, que “compartía su vida” con él, detalló el fiscal.

Apenas acabado el episodio, el EI asumió el atentado a través de sus canales habituales, una reivindicación que los servicios franceses están analizando, según el presidente. Efe