Los populares monopatines eléctricos en libre servicio quedaron prohibidos desde ayer en las calles de París de acuerdo al resultado de una votación popular, tras cinco años de presencia polémica y para frustración de sus usuarios. De esta forma, París se convirtió en la primera capital europea que prohíbe completamente estos vehículos.

Muchos parisinos terminaron hastiados de ver estos monopatines eléctricos zigzaguear entre peatones o estacionados en medio de las calles y aunque estaban limitados a 10 km por hora, se les atribuye múltiples accidentes. Precisamente en respuesta al creciente número de accidentes que han provocado los monopatines es que el ayuntamiento convocó al plebiscito que se realizó en abril. Sólo en 2022 se produjeron 408 siniestros, en los que murieron 3 personas y 459 resultaron heridas.

Uno de los accidentes que más conmoción causó tuvo lugar en junio de 2021, cuando un monopatín eléctrico en el que viajaban dos personas -algo que no está permitido- atropelló a una mujer italiana de 31 años, que murió al golpearse la cabeza contra el pavimento y sufrir un paro cardíaco.

Los operadores de estos vehículos, que emplean a unas 800 personas, argumentan, sin embargo, que los monopatines son sólo responsables de una parte muy pequeña de los accidentes de tráfico en la ciudad.

Los tres operadores de estos vehículos (Lime, Tier y Dott) perdieron su autorización de ocupar el espacio público. El "no" a los monopatines ganó con el 90%, pero sólo votó el 7,46% de las personas inscritas en las listas electorales.

Desde agosto, los 15.000 vehículos fueron progresivamente retirados de las calles y sólo unos pocos estaban aún disponibles, principalmente en el centro de París. De las 5.000 patinetas eléctricas del alemán Tier, un tercio será enviado a unas 80 localidades de los suburbios y zonas cercanas de París y el restó irá a Alemania. Dott enviará las suyas a Bélgica y Tel Aviv y los monopatines eléctricos verdes de Lime se irán a Lille, en el norte de Francia, a Londres, a Copenhague y a varias ciudades alemanas.

En París, unas 400.000 personas se desplazaron en monopatín en 2022. Las compañías esperan que los clientes opten por usar sus bicicletas en libre servicio para no despedir empleados.

El caos de los monopatines tuvo este desenlace a pesar que el ayuntamiento introdujo en 2019 nuevas normativas para regular el uso de estos vehículos, que obligaban a sus conductores a llevar ropa de alta visibilidad y que prohibían viajar en sentido contrario al tráfico, con multas que iban desde los U$S 146 hasta los U$S 1.630 por exceder el límite de velocidad.

Su aparcamiento también estaba regulado, y los usuarios se enfrentan a multas de U$S 38 si los dejan estacionados en las aceras. A pesar de ello, los usuarios ignoraban esta norma y dejaban los monopatines abandonados en cualquier sitio, también en los parques y plazas de la ciudad, lo que se convirtió en un problema. Muchos acabaron en el fondo del Sena o del Canal Saint Martin de la capital.