El número de muertos por los terremotos y el tsunami que azotaron el viernes a Indonesia aumentó al menos a 1.200, informó el portal de noticias indonesio Kumparan citando a la policía nacional. Por ahora no hay confirmación oficial de estos datos, que cifran los muertos en 1.203.

 

La agencia nacional de catástrofes habla de al menos 832 muertos, pero el vicepresidente de Indonesia, Yusuf Kalla, expresó el temor de que la cifra real de víctimas mortales ascienda a varios miles.

 

La mayoría de las víctimas se registraron en Palu, una ciudad de 350.000 habitantes en la costa occidental de la isla de Célebes, según la agencia de gestión de desastres. Pero las autoridades y las oenegés se preocupan también por la situación en la región de Donggala, más al norte.

 

El director del programa de Save The Children, Tom Howells, señaló que la cuestión del acceso a las zonas afectadas es un “gran problema” que dificulta los rescates. Las organizaciones de ayuda y las autoridades locales se esfuerzan por alcanzar varias comunidades alrededor de Donggala, donde se prevé que habrá grandes daños materiales y posibles pérdidas de vidas humanas a gran escala”, explicó Howells.

 

Mientras tanto, los hospitales no daban abasto con la llegada de víctimas y muchos heridos tenían que ser atendidos al aire libre. Algunos establecimientos quedaron además deteriorados a raíz del terremoto. Y aviones cargados de material y de comida aterrizaron en el aeropuerto de la ciudad.

 

La agencia de gestión de desastres estimó que había 71 extranjeros en Palu cuando se produjo en terremoto, y la mayoría están a salvo. Los socorristas buscaban supervivientes entre los escombros de un hotel, que podía albergar a un máximo de 150 personas, y un centro comercial que se derrumbó con el sismo.