Los funerales del príncipe Felipe de Edimburgo se harán el sábado próximo en el castillo de Windsor, la residencia real donde el esposo de Isabel II murió el viernes, y prometen presentar cierto clima de tensión luego de que el príncipe Harry, nieto de Felipe y renunciante a su condición real por denuncias de racismo, confirmara su asistencia.
La ceremonia privada será transmitida por televisión y el príncipe Harry, actualmente residente en California, asistirá, pero no así su esposa Meghan Markle, anunció ayer el palacio de Buckingham. Tampoco podrá estar presente el primer ministro Boris Johnson debido a que la ceremonia será sólo para 30 personas -familiares de Felipe- debido a las medidas de restricción impuestas por la pandemia de coronavirus, informó oficialmente Downing Street, refirió la agencia de noticias Ansa.
Meghan, quien está embarazada, vive con el hijo del príncipe Carlos y Lady Di en Estados Unidos y ambos acusaron recientemente a la monarquía británica de racismo y falta de apoyo, lo que abrió una polémica que sacudió el habitual clima de calma y rutina que envuelve a la monarquía inglesa.
Los funerales tendrán lugar a las 15 en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, a unos 40 Km al oeste de Londres, donde el duque de Edimburgo, fiel apoyo de la soberana durante siete décadas, murió "plácidamente" el viernes por la mañana, a los 99 años.
Las 30 personas que podrán asistir incluyen a los cuatro hijos (Carlos, Ana, Andrés y Eduardo), sus nietos y otros familiares.
Al comienzo de la ceremonia se guardará un minuto de silencio en todo el país.
El funeral tendrá lugar cuatro días antes del cumpleaños de la reina, que cumplirá 95 años el 21 de abril, recordó la agencia de noticias AFP.
Su hijo mayor, el príncipe Carlos, declaró ayer que tanto él como la familia real extrañan "enormemente" a Felipe, a quien definió como "una persona muy especial". El Reino Unido inició ayer la ceremonia de despedida y homenaje al príncipe Felipe con salvas disparadas a nivel nacional. Desde la Torre de Londres, a orillas del Támesis, los castillos de Edimburgo, Belfast, Gibraltar o los barcos de la Royal Navy (Marina Real), donde el monarca sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, el sonido de los cañones empezó a resonar al mediodía (las 8 en la Argentina) para la primera de las 41 salvas previstas.