Era pasadas las 22.30 del sábado cuando un sismo 6,7 grados Richter sacudió la zona centro- norte de Chile, específicamente la Región de Coquimbo. El epicentro, ubicado 16 kilómetros al noreste de Tongoy, provocó una alerta preventiva de evacuación ante la eventualidad de que pudiera provocarse un tsunami.
Hoy, con la luz del día, tanto los pobladores como las autoridades pudieron apreciar la real magnitud del sismo. Este dejó dos personas mayores fallecidas producto de paros cardiorrespiratorios, más de 70 casas con daños en La Serena y cerca de 230 mil hogares sin suministro eléctrico en la región. A esto se debe sumar el factor turístico, ya que algunos argentinos comenzaron a abandonar la zona por los temores de que el evento pudiera repetirse. Las más de 90 réplicas que se registraron hoy no ayudaron a los extranjeros a calmar los ánimos.
Además, se observaron rodados en la Ruta 5, la vía D-41 de La Serena al Valle del Elqui y en el Paso Internacional Agua Negra. El ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, dijo que “las vías ya están despejadas, excepto lo que es el sector de Agua Negra, donde hay daños mayores, que esperamos sean resueltos en las próximas 48 horas”.
Asimismo, informó que hay daño en ocho sistemas de agua potable en el sector de Elqui, “un par de ellos sin suministro y otros afectados por cortes eléctricos. Se está trabajando en la reparación de la falla y para llegar con camiones aljibes”.
Daños inmuebles
El recuento de las autoridades dio cuenta de que cuatro viviendas en Andacollo y seis en Coquimbo se vieron afectadas, mientras que 76 residencias del casco histórico de La Serena resultaron dañadas. El adobe en el suelo, pedazos de estructura colgando, paredes agrietadas, además de otros daños estructurales, eran parte del panorama.
La Catedral de La Serena fue una de las más perjudicadas. Tuvo el desprendimiento de “una cornisa de alrededor de 30 kilos”, precisó el alcalde Roberto Jacob, y aseguró que “hace un año que el arzobispado solicita permisos a Monumentos Nacionales para poder restaurarla, y nunca llegó”.
En la turística Avenida del Mar, un edificio de nueve pisos también sufrió daños, los que se deberían, según el administrador del recinto, a las “juntas de dilatación” que permiten que la estructura soporte este tipo de eventos. “En esa parte se encuentran las cañerías del edificio, lo que incidió en que se mojaran los departamentos”, aseguró el administrador. Al cierre de esta edición, además, se habían registrado 92 réplicas en la zona.
Alerta preventiva
Inmediatamente después del sismo, llegó a los celulares de las personas que se encontraban en la región un mensaje con la alerta de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), indicando que debían evacuar las zonas costeras. Posteriormente, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (Shoa) informó que no se registraban las condiciones para un tsunami.
El director nacional de la Onemi, Ricardo Toro, dijo que “nos demoramos siete minutos en saber si un terremoto reúne las condiciones de tsunami. Cuando el sismo es VIII o superior en Mercalli, tenemos que evacuar, y si el Shoa determina que no reúne las condiciones para ser maremoto, esperamos 15 minutos para cancelar la evacuación”.
Efecto en el turismo
Las ciudades de La Serena y Coquimbo retomaron lentamente la normalidad. El terminal pesquero del puerto tuvo una afluencia mayor a partir desde las 10.00. No obstante, los comerciantes prevén eventuales pérdidas en ventas, especialmente por la eventual fuga de los turistas argentinos que llegan a la zona en esta época del año.
En La Recova, tradicional mercado de ventas de La Serena, se apreciaban menos visitas. Jeniffer Plaza, mesera de un restaurante de ese comercio, relató que, “sin duda, la gente había optado por almorzar en sus casas, por el temor a nuevas réplicas”.
Fuente: La Tercera