Alivio. La noticia de la supervivencia del equipo de fútbol "Jabalí" fue muy celebrada y trajo cierto alivio a unos tailandeses que, conmocionados por el drama, seguían cada giro de la búsqueda.

 

Equipos de rescate sacaron ayer a cuatro de los doce menores y un adulto atrapados desde hace más de dos semanas en una cueva del norte de Tailandia, en un complicado operativo que conmueve y tiene en vilo a todo el mundo.

Los cuatro rescatados fueron trasladados en helicóptero hasta el hospital de Chiang Rai, donde se procederá a evaluar su estado de salud. Narongsak Ossottanakorn, portavoz oficial de los equipos de socorro, aseguró que la situación de los menores es "perfecta".

Finalmente han sido cuatro los pequeños sacados de la cueva asiática, después de que medios locales, que citaban fuentes oficiales, hablaran en un principio de seis. Para que los equipos de socorro y los buzos pudieran reponer el suministro de oxígeno y garantizar que todos los preparativos estén completos, las labores de salvamento se interrumpieron ayer y luego se retomaron (pasadas las 21 en Argentina).

"Comenzaremos entre dentro de diez horas y menos de veinticuatro", estimaba en principio Narongsak, quien previamente informó que las tareas se llevarán a cabo de forma gradual y podrían prolongarse durante dos o tres días.

Los otros nueve atrapados seguían en la cueva, a unos 4 kilómetros de profundidad, donde fueron hallados tras una búsqueda iniciada hace quince días. El primer rescatado salió de la gruta a las 17.40 hora local (7.40 de Argentina) y el segundo diez minutos después, mientras los otros 
dos se demoraron más de dos horas.

Un contingente internacional formado por dieciocho buzos se adentró en la cueva con la determinación de regresar acompañado con las víctimas, doce menores de entre 11 y 16 años y un adulto de 25.

Los socorristas -trece extranjeros y cinco miembros de la Marina tailandesa- recorrieron unos cuatro kilómetros de lúgubres pasadizos con inundaciones parciales y desniveles hasta llegar donde se

encuentra el grupo para acompañarlo en su camino al exterior. Los buzos extranjeros guiaron a los niños a través de pasadizos estrechos que el viernes se cobraron la vida de un buzo retirado de la marina tailandesa.

Los chicos, muchos de los cuales antes del rescate no sabían nadar, han recibido dentro de la gruta un curso intensivo sobre el manejo de los equipos de inmersión. Durante la misión se utilizan máscaras especiales que cubren toda la cara y les permite respirar de manera natural, además de 
comunicarse con los equipos de salvamento.

Las fuertes lluvias en la región marcaron el inicio de la operación de rescate. Las precipitaciones eran una de las principales preocupaciones, debido a que el agua filtrada por el monte puede volver a inundar las galerías y anular el drenaje efectuado desde que fueron hallados con vida los doce escolares y su tutor.

Los trece atrapados se internaron en las galerías el 23 de junio tras un entrenamiento de fútbol, cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cueva y les cortó la salida. Los niños desaparecieron junto a su entrenador de fútbol, de 25 años, tras un entrenamiento, cuando fueron a explorar las cuevas cerca de la frontera con Myanmar para festejar el cumpleaños de uno de los niños. Efe y Reuters