Cientos de diputados y ciudadanos que quedaron retenidos en la Cámara de los Comunes y en la cercana abadía de Westminster, en Londres, tras el atentando cometido hoy delante del Parlamento británico pueden salir ya de esos edificios, según informan hoy los medios británicos. La Policía autorizó a los diputados a abandonar el edificio parlamentario, donde han permanecido en las últimas cinco horas.
       

 

Por otra parte, cerca de un millar de personas, entre ellos miembros de la prensa y funcionarios, que fueron trasladados desde el Parlamento a la abadía de Westminster, saldrán también después de que la Policía haya tomado sus datos.
       

 

Los diputados se entretuvieron charlando e incluso comieron en las cámaras parlamentarias hasta recibir la instrucción de salida, mientras que a los numerosos ciudadanos ubicados en el histórico templo se les ofreció té o café.
       

 

Una de las retenidas en la abadía fue la periodista de Efe Paula Baena Velasco, que realizaba una visita organizada a las cámaras parlamentarias británicas cuando se vio atrapada en esta alerta de seguridad.

 

En declaraciones a Efe, la periodista, de 24 años, contó que los participantes en la visita se enteraron de los sucesos primero a través de sus móviles.
       

 

"Luego vimos por las pantallas que retransmiten la actividad de las cámaras que las sesiones se habían suspendido", explicó. Posteriormente, personal del Parlamento les explicó que había una situación de alerta.
       

 

Tras pasar un largo rato en ese edificio, las personas retenidas fueron trasladadas a la cercana abadía de Westminster, a la espera de recibir nuevas instrucciones, mientras que los diputados permanecieron en los Comunes.
       

 

Cuatro personas han muerto, entre ellas un policía y el atacante, y al menos veinte han resultado heridas en este atentado, según ha confirmado el jefe de la unidad antiterrorista de la Policía londinense, Mark Rowley.