El presidente boliviano, Evo Morales, renunció ayer a su cargo en medio de una grave crisis política disparada por las acusaciones de fraude que sufrió tras ser reelecto en los comicios de octubre.
A última hora, se conoció que había una orden policial para detener a Morales. Pero nadie aclaró quien había dado esa orden a los efectivos. Por la red social Twitter, el mismo Evo mencionó la existencia de una orden de "aprehensión ilegal en contra de mi persona", tras agregar que "grupos violentos asaltaron" su domicilio.
La renuncia se produjo horas después de que Evo llamara a nuevas elecciones, presionado por un informe difundido ayer por la Organización de los Estados Americanos (OEA), que señalaba que había encontrado "irregularidades" en los comicios de octubre.
El llamado fue rechazado por la oposición, que pidió su renuncia al igual que las Fuerzas Armadas. "Estoy enviando mi carta de renuncia a la Asamblea Legislativa", afirmó Morales en su mensaje televisivo.
El mandatario había ganado las elecciones del 20 de octubre, pero el conteo de votos se detuvo inexplicablemente durante casi un día, lo que provocó acusaciones de fraude y disparó protestas de la oposición.
La crisis en Bolivia desde las pasadas elecciones dejaba hasta ayer tres fallecidos y más de cuatrocientos heridos en enfrentamientos entre partidarios y detractores de Morales.
Según el informe preliminar de la OEA, que realizó una auditoría de los comicios, "se encontraron irregularidades. Esto lleva al equipo técnico auditor a cuestionar la integridad de los resultados de la elección del 20 de octubre". La auditoría encontró actas físicas con alteraciones y firmas falsificadas. En el informe se señala que en muchos casos hubo manipulación del sistema informático.
Según el informe, resulta "estadísticamente improbable" que, pese a ganar los comicios, Morales haya obtenido los 10 puntos porcentuales necesarios para evitar un balotaje con el liberal Carlos Mesa, quien resultó segundo.
La renuncia de Evo Morales agita más la situación de la región, en la que países como Chile enfrentan días de reclamos sociales.
En un video desde algún lugar indeterminado, Evo Morales apareció en la televisión para anunciar su renuncia, tras lamentar un "golpe cívico" y que la Policía se hubiera replegado a sus cuarteles en los últimos días.
Morales pidió a los líderes opositores Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, a los que acusa de instar un golpe de Estado para echarle del poder, que "no maltraten" a los bolivianos y les "dejen de patear". "No queremos enfrentamientos", agregó, a la vez que dijo renunciar para propiciar la "pacificación" de Bolivia y que "vuelva la paz social".
"La lucha no termina acá", advirtió con la voz entrecortada por momentos, para insistir en su denuncia de un "golpe cívico, político y policial" instigado por "grupos oligárquicos que conspiran contra de democracia".
Al respecto, exigió ante la comunidad internacional que "se diga la verdad" sobre lo que consideró un golpe de Estado. Evo Morales aseguró que estará en un futuro en el trópico de
Cochabamba, la zona de Bolivia desde la que inició su carrera política, tras una serie de rumores sobre su salida del país. "No tengo por qué escapar", declaró Morales, porque "no he robado nada".
"Mi pecado es ser indígena, dirigente sindical, cocalero", exclamó, al término de sus "trece años, nueve meses y 18 días" en el poder desde que tomó posesión el 22 de enero de 2006.
En La Paz celebraban la renuncia de Evo, que gobernó casi 14 años.
Además de Morales, también renunciaron el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, y el presidente de la Cámara de Diputados de Bolivia, el oficialista Víctor Borda, lo que sumaba incertidumbre sobre la figura que asumirá la presidencia tras la renuncia de Evo, cuyo mandato terminaba el próximo 22 de enero.Adriana Salvatierra, la jefa del Senado, también renunció y las expectativas se dirigían al presidente de la Corte Suprema, José Antonio Revilla, que es el último en la línea sucesoria y es el encargado de convocatorias a elecciones.
Según el artículo 93 de la Constitución de Bolivia, "en caso de impedimento o ausencia temporal del presidente de la república, antes o después de su proclamación, lo reemplazará el vicepresidente y, a falta de éste y en forma sucesiva, el presidente del Senado, el de la Cámara de Diputados o el de la Corte Suprema de Justicia".
Del presidente del Corte Suprema de Justicia, José Antonio Revilla, poco se sabe, aunque fuentes diplomáticas confiaron que habría pedido refugio en alguna embajada.
En medio de todos los cambios, también llegaron a renunciar los ministros de Minería, César Navarro, y de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez.
La vicepresidente del Senado, la opositora Jeanine Añez, reclama que constitucionalmente le corresponde a ella asumir la presidencia transitoria. "Primero tengo que convocar a la Asamblea para que se revise la renuncia de Evo Morales", aseguró la senadora. Y recién luego de eso, explicó, el Congreso debería nombrarla como mandataria interina.
Luego de que las Fuerzas Armadas pidieran su renuncia, Morales viajó a Chimoré, su tradicional bastión de Cochabamba (Bolivia). La noticia de su partida, que tuvo fuerte impacto mundial, se conoció cuando las cadenas de televisión mostraron imágenes del avión presidencial despegando desde el aeropuerto de El Alto.
La plaza Murillo, donde se encuentra el Palacio Quemado, la vieja casa de gobierno en La Paz, quedó atestada de gente que celebraba la renuncia de Morales, que gobernó Bolivia casi 14 años, un récord nacional de permanencia en el poder.