El Senado de EEUU se encamina a aprobar finalmente la reforma del sistema sanitario esta semana después de votar por 60 votos contra 40, en la madrugada de ayer, una moción de procedimiento que da vía libre a la legislación.

Desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama, que ha apostado buena parte de su prestigio político al éxito de la reforma sanitaria, aseguró ayer que el voto en el Senado "nos aproxima a la aprobación de una medida que marcará una diferencia tremenda".

Los 60 votos, todos demócratas, son exactamente los necesarios para impedir cualquier intento de bloqueo por parte de la oposición republicana. Ni un solo senador republicano votó a favor de la medida en la consulta que fue necesaria para llegar a tiempo, según los reglamentos, a votar el proyecto de ley en pleno antes de que comience el receso navideño.

En un comunicado, el presidente del comité de Salud del Senado, Tom Harkin, indicó que con el voto de ayer esta cámara "superó el obstruccionismo republicano y despejó la vía para aprobar una reforma sanitaria exhaustiva que dará a todos los estadounidenses los cuidados médicos asequibles que necesitan y que merecen".

Por su parte, los republicanos, que quieren retrasar lo más posible la votación de la medida que consideran un desastre, reiteraron que el proyecto de ley aumentará los costes en el sistema sanitario.