Buenos Aires, 26 de junio.- Un clérigo del gobierno iraní pidió hoy la pena de muerte para los manifestantes que protestan contra las elecciones presidenciales del 12 de junio en las que salió reelecto Mahmud Ahmadinejad, mientras que el líder opositor Mir Hossein Mousavi anticipó que pedirá permiso para futuras marchas.

En tanto, el Consejo de Guardianes, máxima autoridad electoral iraní, sostuvo que "la revisión (de denuncias de fraude) mostró que los comicios fueron los más limpios desde la revolución" de 1979 y destacó que "no hubieron violaciones importantes en las elecciones".

"Llamo a la Justicia a una confrontación directa con los líderes de estas manifestaciones ilegales y exijo la pena de muerte para ellos sin gracia alguna", dijo el ayatollah Ahmad Jatami, considerado estrecho aliado de Ahmadinejad, señaló la agencia de noticias Dpa.

Además, el clérigo dijo que la joven llamada Neda Agha Soltan, quien se convirtió en un símbolo de la oposición desde su muerte por un disparo durante la represión de una protesta, fue asesinada por manifestantes y no por fuerzas de seguridad.

"La mataron para que alguien como (el presidente estadounidense Barack) Obama pudiera derramar lágrimas de cocodrilo", dijo Jatami.

Las autoridades declararon ganador de los comicios del 12 de junio pasado al actual presidente Mahmud Ahmadinejad, pero Mussavi afirma que hubo una manipulación masiva de los votos y que él fue el ganador.

El gobierno apeló a su aparato represivo para aplastar las protestas en reclamo de repetir las elecciones, que comenzaron hace dos semanas, pero perdieron intensidad en medio de arrestos masivos, golpizas y 26 muertos (18 manifestantes y 8 miembros de una milicia pro gubernamental).

Jatami es un influyente clérigo cercano al líder supremo Ali Jamenei y a Ahmadinejad. El ayatollah integra la Asamblea de Expertos, un cuerpo de 86 eruditos islámicos que elige y remueve al líder supremo y supervisa sus actividades.

Jamenei dio orden a la Guardia Revolucionaria y la milicia pro-gubernamental Basij de reprimir cualquier protesta. Estas fuerzas dispersaron concentraciones esta semana con gases y tiros al aire.

Además, Mussavi envió señales contradictorias a sus seguidores en los últimos días, y anoche dijo que pedirá permiso para futuras manifestantaciones, en un nuevo indicio de que busca evitar una mayor confrontación con los clérigos que gobiernan el país.

Mousavi llamó a sus partidarios a no violar la ley, pero también insistió en que no iba a retirar su reto a la proclamada victoria del presidente Mahmud Ahmadineyad.

Pese a la represión, decenas de amigos de Neda se las arreglaron hoy para rendir un tributo a la joven de 27 años que fue muerta de un disparo el viernes pasado en Teherán y que se transformó en un ícono del movimiento de protesta.

Los amigos de Neda y otras personas llegaron al cementerio capitalino de Behesht-e Zahra en grupos de dos o tres personas, murmuraron breves plegarias, dejaron flores sobre la tumba y luego de retiraron, dijeron testigos a BBC.

El gobierno impuso una férrea censura a los medios locales y a los corresponsales de medios extranjeros, a los que impide abandonar sus lugares de trabajo para cubrir las manifestaciones.

Por otra parte, el Grupo de los ocho países más industrializados del mundo (G8) instó hoy a las autoridades iraníes a que pongan fin a la violencia desatada en el país persa.

"Pedimos que la violencia cese inmediatamente", sostuvo la declaración final del los minitros de Relaciones Exteriores del G8, integrado por Italia, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, Japón y Rusia.

La declaración dada a conocer en Trieste, norte de Italia -donde tuvo lugar la reunión- también invita al "diálogo democrático" y a los "medios pacíficos" para resolver "rápidamente" la crisis, señaló la agencia de noticias alemana Dpa.

Además, los ministros instaron a Irán a "respetar los derechos humanos fundamentales", en particular "el derecho de expresión", cuya violación fue denunciada por varios medios de prensa internacionales.