Unas 3.000 personas realizaron entre la noche del sábado y la madrugada de ayer una vigilia en homenaje a los 237 jóvenes que murieron el fin de semana pasado al incendiarse la discoteca en la ciudad de Santa María, en el sur de Brasil. La vigilia se realizó tras la celebración de una misa colectiva.
La multitud, que vestía camisetas blancas con fotos de las víctimas, se congregó frente a las puertas de la discoteca ‘Kiss‘ y depositó allí ofrendas florales. El silencio fue el protagonista de la procesión que se movilizó desde la iglesia hasta el lugar de la tragedia, aunque en algunos momentos se vio interrumpido por el llanto de los familiares. Alrededor de las 02:30 (1:30 hora argentina) cuando se cumplía la semana en que había comenzado el incendio, los familiares y amigos, llevaron a cabo una serie de oraciones y cantos religiosos. En ese mismo momento se confirmó el deceso de un joven de 22 años que permanecía hospitalizado.