El lanzamiento de la primera misión tripulada confiada por la agencia espacial estadounidense (NASA) a una empresa privada, SpaceX, es considerado el inicio de la carrera del turismo espacial privado.
Este hito para la NASA, para EEUU y para la empresa SpaceX, de Elon Musk, fue analizado por varios expertos estadounidenses que coincidieron en la relevancia del lanzamiento de ayer.
John L. Crassidis, director del departamento de Ingeniería Aeroespacial de la State University of New York, dijo que "este lanzamiento es importante en términos de logística y costo. Estados Unidos ha dependido del sector privado desde los albores del programa espacial tripulado. Pero, con SpaceX, obviamente es una muestra que confiamos más ahora que en el pasado. Si esto resulta un éxito entonces será un buen modelo. ¿Por qué? Porque reducirá los costos, al tener ofertas competitivas de otras compañías".
Respecto de si este lanzamiento abre el camino para que el sector privado maneje el turismo espacial, el experto dijo que "estas compañías privadas aún deberán seguir los procedimientos estándar del gobierno de EEUU para lanzar un vehículo al espacio. Por lo tanto, no administrarán el turismo espacial per se. Pero creo que el turismo espacial será popular en el futuro".
Sara Seager, profesora de Ingeniería Aeroespacial del Massachusetts Institute of Technology, dijo que "Estados Unidos no ha tenido la capacidad de enviar una misión tripulada al espacio durante casi una década, por lo que hoy es un gran hito. Trabajando juntos, la NASA y el sector privado, pueden hacer que sucedan grandes cosas. Pero el futuro está en el sector privado, que tiene una capacidad única tanto para la innovación como para el riesgo, mientras que también reduce los costos".
La experta agregó que "con la capacidad de llevar una tripulación humana al espacio, los sectores privados pueden dedicarse al turismo espacial, si pueden obtener suficientes participantes para apoyar este tipo de turismo".
Robert Winglee, director del departamento de Ciencias de la Tierra y el Espacio de la Universidad de Washington, dijo que "la era de Apolo logró llevar a los humanos a la Luna, pero fue costosa y la tecnología no estaba lista para una presencia permanente de humanos más allá de la órbita terrestre baja. Ahora la tecnología ha mejorado y la humanidad está lista para intentar ir más allá de la Tierra de una manera permanente, y este lanzamiento representa ese próximo gran paso".
El honor de los dos astronautas
Los astronautas de la NASA que viajan a la EEI son Bob Behnken, de 49 años, y Douglas Hurley, de 53, expilotos militares que se unieron a la agencia espacial en 2000.
"Es absolutamente un honor para nosotros formar parte de este gran esfuerzo de volver a poner a Estados Unidos en el mercado de los lanzamientos espaciales", dijo Behnken antes de despegar. "Gracias por todo el trabajo que han hecho y poner a Estados Unidos de nuevo en la órbita terrestre", añadió Hurley ya desde el espacio.
Ellos han dado el primer paso de una nueva era en la que el siguiente gran objetivo será el éxito de la misión Artemisa, que pretende llevar a un hombre y una mujer a la superficie lunar en 2024 y avanzar en tecnología que permita la llegada a Marte.