El expresidente catalán Carles Puigdemont se mostró abierto a aceptar caminos alternativos a la independencia de la región para solucionar la grave crisis abierta en España por su plan secesionista el año pasado, al tiempo que afirmó que fijará su residencia en Berlín, Alemania, hasta que se resuelva su situación judicial en ese país.
“¿Es la independencia la única solución posible? No. Lo he dicho siempre”, afirmó al ser preguntado sobre si estaría abierto a algo más en ese diálogo que solicita a Madrid.
“Después de varios intentos de probarlo todo aceptamos que haya otras propuestras”, dijo. “Pero, ¿España tiene un proyecto para Cataluña?”, se preguntó. “Me gustaría verlo”, declaró sobre algo que indicó haberle pedido al presidente español (Mariano) Rajoy. “¿Tiene algo con que resolver o más de lo mismo, porque más de lo mismo no funciona”.
“Cuando he hecho apelaciones al diálogo puse como condición que no hubiera condiciones. Hasta donde nos lleve el diálogo, sin líneas rojas”, indicó sobre su apelación a sentarse a negociar con el Gobierno de Mariano Rajoy. “Hay que ir con voluntad de moverse”.
Durante la concurrida rueda de prensa en un centro autogestionado en el popular barrio de Kreuzberg, en el sur de Berlín, Puigdemont pidió al Gobierno español un cambio de estrategia para lograr una “solución política” e insistió en todo momento en la vía del diálogo y en el “respeto de la democracia”.
Al mismo tiempo, insistió en su pedido de una mediación externa en la crisis. “Creo que el país necesita a alguien que ejerza como mediador”, declaró, aludiendo como candidatos posibles a otros Estados u organizaciones internacionales.
“El conflicto debe solucionarse con herramientas políticas”, comentó. Hasta ahora ningún país reconoció la declaración independentista aprobada en el Parlamento catalán el 27 de octubre ni se prestó a mediar entre Barcelona y Madrid.
“Espero que la nueva situación ayude a establecer el diálogo y a hacer entender a las autoridades políticas la necesidad de respetar las reglas democráticas y entablar un diálogo”, añadió Puigdemont en Berlín, donde fijó su residencia mientras dure el proceso judicial en Alemania que definirá su posible entrega a España.
Puigdemont aludió también a una resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que acepta una demanda de Jordi Sànchez, líder independentista que se encuentra en prisión preventiva en Madrid por delitos vinculados al plan secesionista, y pide de forma cautelar que se respeten sus “derechos políticos”.
“La decisión de la ONU brinda la oportunidad al Estado español de cambiar de estrategia, de reforzar su imagen exterior, aportando soluciones, de un problema que a todas luces es político. Les invito a cambiar de estrategia a dar el primer paso para poder tener una resolución política”, indicó el ex presidente catalán.
En su primera noche en la capital alemana, Puigdemont se reunió con un pequeño grupo de diputados de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y con una delegación más numerosa de diputados de su formación, Junts per Catalunya (JxCAT).
El tribunal regional de Schleswig-Holstein resolvió el jueves dejar en libertad bajo fianza a Puigdemont, detenido el 25 de marzo en ese estado federado del norte de Alemania por una orden de detención europea activada por el Supremo en Madrid, hasta que se decida sobre la entrega del independentista a España.
En otra decisión inesperada y crucial, la corte alemana dejó caer además el cargo de rebelión por el que está procesado Puigdemont, castigado con hasta 30 años de prisión en España, y se limitará a estudiar si lo entrega por malversación, un delito con penas menores de hasta 12 años de cárcel.