Benedicto XVI recibió ayer su primer baño de multitudes en Londres, en una jornada en la que se reunió con unas 100.000 personas, ante las que denunció que los cristianos son ridiculizados por la sociedad, y mantuvo un encuentro con víctimas de curas pederastas, a las que expresó su "dolor y vergüenza".

Este tercer día de visita al Reino Unido estuvo marcado por la manifestación de varios de miles de personas contra su presencia. El Papa hizo una nueva dura condena de los abusos de menores por parte de sacerdotes, en su encuentro con víctimas. Además presidió una multitudinaria vigilia en Hyde Park con motivo de la beatificación, hoy, en Birmingham del cardenal John Herry Newman.

"Pienso en el inmenso sufrimiento causado por el abuso de menores, especialmente por los ministros de la Iglesia. Quiero manifestar mi profundo pesar a las víctimas", afirmó el Pontífice en una misa en la catedral de Westminter.

El encuentro del Papa con las víctimas se produjo mientras miles de personas se manifestaron por el centro de Londres contra la presencia del Pontífice, que más temprano se entrevistó con el mandatario británico, David Cameron.