Graves incidentes se registraron la noche del viernes en el sur de Chile en el marco de una protesta que se realizó por la muerte de un malabarista que recibió varios disparos por parte de un agente, durante un control rutinario.

Grupos de manifestantes levantaron barricadas en distintos puntos de Panguipulli, en la sureña región de Los Ríos donde ocurrieron los hechos, 800 kilómetros al sur de Santiago de Chile, al tiempo que el edificio municipal fue incendiado pasadas las 23 (hora local , 2 GMT), un hora después de la entrada en vigor del toque de queda nacional. El fuego también afectó las dependencias de la oficina municipal de Correos y del Registro Civil, según medios locales.

Los disturbios se originaron tras la muerte del joven identificado como Francisco Martínez. En un video difundido, se puede ver como es abordado por policías, a los que se habría resistido de realizar el control de identidad. Según se ve en la grabación, uno de los oficiales dispara al malabarista, quien arremete y desenvaina dos largos cuchillos de su espectáculo callejero y finalmente es abatido.

“Era bastante respetuoso, una persona pacífica, que siempre andaba con un par de perros”, dijo en el canal local CNN Chile el alcalde de la localidad, Rodrigo Valdivia. “Lamentamos como municipalidad la pérdida de este joven malabarista. Yo espero que las responsabilidades se establezcan a través de los tribunale. y que se haga justicia”, añadió Valdivia en declaraciones a radio Cooperativa.


Otros edificios también eran amenazados por la turba de manifestantes que levantaron barricadas en varias calles de la ciudad mientras agentes antidisturbios los enfrentaban con gases lacrimógenos y carros lanza-agua, según imágenes de medios locales.

Por su parte, la Policía chilena respaldó al uniformado quien utilizó su arma “en resguardo de su propia integridad, de su propia vida” y “dentro de la legítima defensa propia”, según indicó Boris Alegría, teniente coronel de la Policía de Panguipulli, en un video difundido por la institución.

El hecho vuelve a poner en el centro de discusión los protocolos del cuerpo policial.