Recibimiento. Ciudadanos alemanes de la zona polaca de Danzig le dan la bienvenida a las tropas alemanas en la calle Dlugi Targ, el 3 de septiembre de 1939.

 

La invasión de Polonia, ocurrida hace 80 años, dio inicio a la Segunda Guerra Mundial y dejó una huella profunda para los polacos: un pueblo signado por sucesivas tragedias y que reclama en la actualidad a Alemania una reparación histórica por los daños.

El mundo nunca volvió a ser el mismo desde que las tropas nazis de Hitler ingresaron a Polonia, el primero de septiembre de 1939, en una guerra relámpago que devastó a este país, que ahora forma parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Por aquel entonces, Adolf Hitler ya era el jefe del Estado alemán. Alemania creía firmemente en la teoría del "espacio vital" creada por el geógrafo alemán Friedrich Ratzel, y que consistía en la anexión de territorios con el propósito final de alcanzar el desarrollo de un país. En este caso, de territorios de habla alemana situados en otros países. Hitler combinó parte de esta idea con sus peculiares concepciones racistas, que contaban, a su vez, con un trasfondo social y cultural. La conquista de este espacio vital encaminó los esfuerzos del führer para dar su particular sentido a la guerra que se desataría en septiembre de 1939.

La joven república polaca fue creada con antiguos territorios del imperio alemán, ruso y austrohúngaro. Con el fin de tener acceso al mar Báltico, Polonia contaba con el llamado Corredor de Danzig (de mayoría población alemana), que dividía el antiguo territorio prusiano en dos: oriente y occidente.

Conocedor de las debilidades polacas, Hitler comienza en marzo de 1939 a exigir un corredor dentro del corredor de Danzig, para unir los territorios prusianos por una franja extraterritorial de 30 metros de ancho.

Polonia recibió el apoyo de Francia y Gran Bretaña. Sin embargo, ninguno de estos países podía defender militarmente la soberanía polaca. La propaganda alemana de aquellos días subrayaba que Hitler quería rescatar 1,5 millón de alemanes "oprimidos por la brutalidad polaca".

Uno de los principales líderes nazis, Heinrich Himmler, fabrica la excusa perfecta para declarar la guerra a Polonia: presos comunes alemanes y agentes disfrazados de soldados polacos atacaron una emisora de radio germana cerca de la frontera.

La reacción de Hitler fue brutal. Sin una declaración previa, la blitzkrieg (guerra relámpago mediante el uso de blindados) fue puesta en marcha por los alemanes a las 4.45 de la mañana, mediante la operación conocida como "Plan blanco", con el objetivo de recuperar los territorios perdidos por Alemania durante la Primera Guerra Mundial.

El ataque se realizó desde tres flancos distintos: al norte desde Prusia oriental, al oeste desde Prusia occidental y por el sur desde Checoslovaquia. Al final del primero de septiembre de 1939, los alemanes ya habían conquistado la ciudad de Danzig.

Aun así, dieciséis días después de la incursión alemana, la caía de Polonia sería sellada con la invasión por parte de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), el 17 de septiembre de ese año. Esto fue posible gracias al pacto de no agresión que habían firmado el líder soviético Joseph Stalin y Hitler, el 23 de agosto de 1939, que incluye además una cláusula secreta para repartirse Polonia.

Tras ser dividida por nazis y bolcheviques, Polonia perdió a casi todo su Ejército, estimado en un millón de hombres, mientras su población civil, especialmente la de origen judío, que era importante, comenzaba a padecer la ocupación.

Tras cinco semanas de heroica resistencia, la rendición fue el 6 de octubre. Dos días después de la la invasión de Polonia, Gran Bretaña y Francia le declararon la guerra a Hitler. "Vamos a la guerra porque nos la han impuesto, y no porque la hayamos pedido", dijo el primer ministro francés, Edouar Daladier.

El primer ministro italiano, Benito Mussolini, a pesar de su pacto con Alemania nazi, no quiso entrar inmediatamente en la guerra, mientras el presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt, dijo que Washington permanecería neutral en la contienda, a la que finalmente ingresó en diciembre de 1941, tras el ataque japonés a Pearl Harbour.

Los años, el fin de la guerra fría y, más cerca en el tiempo, la incorporación de ambos países a la Unión Europea (UE), abonaron la idea de que Alemania y Polonia habían dejado atrás el conflicto, pero esta situación cambió con la llegada al poder en Polonia de conservadores y nacionalistas, que mantienen posiciones críticas con la UE y Alemania.

"Polonia no recibió una indemnización adecuada; perdimos seis millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial", volvió a sostener por estos días el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki.

 

Intentos de reunificar territorios

– Hitler fue nombrado canciller el 30 enero de 1933 tras unas elecciones democráticas. Pronto transformaría al país en una dictadura con el beneplácito del presidente Paul von Hindenburg. No pasó ni u mes desde que ascendiera al poder cuando se produjo (27 de febrero) el incendio del Reichstag (Parlamento durante la República de Weimar), del que los nazis culparon a los comunistas para que Hitler y su partido tuvieran poderes especiales.

– En 1934, tras la muerte de Hindenburg, el Führer (líder) pasó a ser el jefe de Estado e intentó reunificar todos los territorios étnica y lingüísticamente alemanes. Austria (junto con Hungría) había pasado de ser un gran imperio centroeuropeo a una pequeña república tras la

Primera Guerra mundial. Estaba gobernada por Engelbert Dolfuss, un político socialcristiano que buscó la protección de la Italia fascista frente a los intentos expansionistas de Hitler.

– Los nazis austríacos ganaron las elecciones de 1932 sin mayoría absoluta e iniciaron una estrategia de tensión y atentados terroristas. Dollfuss hizo frente a una insurrección de los socialdemócratas y luego de los nazis, que le asesinaron en 1934.

– La situación derivó hacia una preguerra civil que propició la estrategia de la anexión alemana de Austria, que se produjo el 12 de marzo de 1938 con la entrada de las tropas nazis.

– Francia e Inglaterra, democracias inmersas en una inestabilidad política y económica por la crisis de 1929, prefirieron, con su política de apaciguamiento, ceder y dejar que Hitler rehiciese el mapa de Europa central, esperando que con ello se calmase. Fue inútil.

Hitler en 1939 ocupó Checoslovaquia constituyendo el Protectorado de Bohemia Moravia y creando el estado eslovaco.

Tras el pacto con la Unión Soviética, las fuerzas alemanas llegaron a las puertas de Moscú en 1941, donde fueron detenidas. Mal equipadas y con problemas logísticos se vieron obligadas a retirarse. La contribución de la Unión Soviética a la derrota alemana fue decisiva.

 

Capturados. Ciudadanos polacos capturados por tropas alemanas tras un ataque en Danzig.

 

La pionera periodista inglesa

Ochenta años han pasado desde que la periodista inglesa Clare Hollingworth anunció al mundo el comienzo de la Segunda Guerra Mundial: "Mil tanques concentrados en la frontera polaca. Diez divisiones listas para efectuar un rápido ataque".

Aunque sería conocida como "la decana de los corresponsales de guerra", no todo el mundo sabe que Hollingworth, una mujer de entonces 27 años, fue quien dio la conocida como exclusiva del siglo. Y eso que en realidad fueron dos primicias.

Cuando sólo llevaba una semana trabajando para el diario conservador londinense "The Daily Telegraph", la periodista se aventuró a cruzar la frontera polaco-alemana y descubrió carros de combate alemanes que aguardaban camuflados. La reportera estaba siendo testigo de la inminente invasión nazi de Polonia. Tres días después de adelantar estos preparativos, Hollingworth escuchó los primeros movimientos de tropas desde su hotel en la ciudad polaca de Katowice y avisó a su periódico.

También llamó a la embajada británica. No le creyeron hasta que la periodista sacó el teléfono por la ventana de su dormitorio para que su interlocutor oyera el estruendo de los carros de combate. The Daily Telegraph pasó a la historia por ser el primer diario en dar dos exclusivas: los preparativos bélicos del Ejército nazi, a finales de agosto, y la propia invasión de Polonia, el 1 de septiembre del 39.     Télam