El derechista Sebastián Piñera y el oficialista Alejandro Guillier comenzaron hoy a buscar eventuales apoyos de otras formaciones políticas pensando en ganar adeptos que les garanticen el éxito en la segunda vuelta de la elección presidencial, el próximo 17 de diciembre.
Piñera, candidato de la conservadora coalición Chile Vamos, ganó los comicios celebrados este domingo, con un 36,6 % de los votos, pero se quedó muy por debajo de la mayoría absoluta. En tanto el senador Alejandro Guillier, de la gobernante Nueva Mayoría, logró encaramarse al segundo puesto, con un 22,68 %, apenas dos puntos más que la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, la gran sorpresa de la jornada electoral.
Aunque Piñera fue el triunfador, este domingo había algunas caras largas en su coalición, pues su votación estuvo lejos incluso del 44 En un encuentro con corresponsales extranjeros, el candidato conservador dijo este lunes que buscará convocar al electorado de ‘centro social‘ para hacerse con la presidencia.
‘Nuestra candidatura no se va a derechizar ni se va a izquierdizar; vamos a seguir apelando y convocando al centro social‘, recalcó el aspirante conservador. ‘Creo que hubo un cierto exceso de triunfalismo‘, reconoció hoy la senadora Jacqueline van Rysselberghe, presidenta de la Unión
Demócrata Independiente (UDI), uno de los partidos que respaldan a Piñera. A su juicio también hubo ‘una mala lectura de las encuestas‘.
Al respecto, el empresario conservador confesó hoy que siempre tuvo el convencimiento de que la primera vuelta iba a ser muy ajustada, pese a que todas las encuestas presagiaban un triunfo más holgado.
Piñera ya recibió un primer apoyo, el de José Antonio Kast, candidato de la extrema derecha que ayer obtuvo un 7,94 % de los votos, un resultado que también sorprendió, porque este parlamentario defensor de la dictadura de Augusto Pinochet y los sectores religiosos ultraconservadores aparecía mucho más atrás en los sondeos.
Kast visitó a Piñera la misma noche del domingo para ofrecerle su apoyo incondicional en la segunda vuelta, en un gesto que para algunos analistas conlleva también un riesgo para el abanderado de Chile Vamos, que es mirado de reojo por las agrupaciones de militares retirados y nostálgicos de Pinochet.
Durante su Gobierno (2010-2014), Sebastián Piñera cerró una lujosa prisión militar donde estaban recluidos violadores de los derechos humanos e incumplió una promesa electoral de posibilitar el cumplimiento en libertad de sus condenas a los más ancianos y enfermos.
Por ello, el candidato conservador necesita atraer votos de la Democracia Cristiana (DC) y de sectores conservadores del centro político para mejorar sus expectativas de triunfo.
Los votos de la DC también son apetecidos por el aspirante oficialista, Alejandro Guillier. Pero la situación en este partido de centro izquierda se complica después de que este lunes, su candidata, la senadora Carolina Goic, renunciara a la presidencia del partido al asumir la derrota que
supone haber obtenido un 5,8 % en la presidencial y perdido numerosos escaños en las legislativas.
Su fracaso electoral precipitó la crisis en la Democracia Cristiana, uno de los partidos emblemáticos de Chile, con dirigentes y parlamentarios disidentes exigiendo la renuncia de la directiva en pleno y el respaldo ‘inmediato e incondicional‘ a Alejandro Guillier.
El candidato oficialista necesita no sólo los votos de la DC, sino también los del progresista Marco Enriquez-Ominami (5,72 %), quien ya slos puso a su disposición, y principalmente el 20,26 % de Beatriz Sánchez, candidata del izquierdista Frente Amplio.
Esta coalición emergente de partidos alternativos y movimientos sociales fue la gran triunfadora del domingo, porque además consiguió 20 diputados y un senador. Pero el Frente Amplio será difícil de convencer, pues sus líderes adelantaron que no quieren cargos ni prebendas en un futuro Gobierno, sino compromisos ‘serios‘ que garanticen la profundización de las reformas impulsadas por Michelle Bachelet.
Beatriz Sánchez matizó este planteamiento al señalar hoy que el principal adversario es Sebastián Piñera, algo que hoy reiteró Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso y uno de los principales referentes del bloque. ‘El pueblo chileno quiere más igualdad, más derechos, más democracia. Yo estoy convencido de que con la derecha los chilenos y las chilenas vamos a vivir peor‘, declaró Sharp.
El senador Alejandro Guillier en tanto, tomó hoy distancia respecto de una eventual negociación cupular con las trece agrupaciones izquierdistas que conforman el Frente Amplio, al puntualizar que dirigirá su mensaje ‘a los votantes‘ de esta formación.
‘El programa es lo que nos va a unir‘, declaró al canal Megavisión el abanderado oficialista Guillier, quien puntualizó que su tarea no es empezar a negociar, ‘sino dirigir un mensaje al país‘.
‘Si ese mensaje le hace sentido a la Democracia Cristiana, al Frente Amplio y a la izquierda en general, vamos a integrarlos‘, añadió. Según cifras del Servicio Electoral (Servel), la participación en la primera ronda electoral fue del 46,66 % del padrón de votantes, de 14,3 millones de personas. Por la experiencia de elecciones anteriores, los expertos suponen que esa cifra debería disminuir el 17 de diciembre.