Tras un nueva jornada de huelga, protestas e incidentes, el presidente chileno Sebastián Piñera anunció que llamará a un plebiscito para reformar la Constitución. "Todos los chilenos tenemos que unirnos en torno a tres grandes, urgentes y necesarios acuerdos nacionales", exclamó este martes por la noche.
"Primero por la paz, segundo por la Justicia y tercero por un acuerdo por una nueva Constitución, dentro del marco de nuestra institucionalidad democrática", aseguró el mandatario desde La Moneda, la sede presidencial, en Santiago. Piñera mencionó que llamará a un "plebiscito ratificatorio" para que los ciudadanos "participen no solo en la elaboración, sino que tengan la última palabra en su aprobación y en la construcción del nuevo pacto social que Chile necesita".
Además, anunció que se llamará a policías retirados de Carabineros para reforzar los operativos de orden y seguridad en medio de la crisis social que vive el país.
“Hoy hemos vivido una nueva jornada de destrucción”, señaló el Mandatario en su intervención, acompañado por el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, y la vocera de gobierno, Karla Rubilar. “El orden público ha sido vulnerado”, manifestó Piñera y añadió que “esta grave situación de violencia y de delincuencia atenta gravemente contra la democracia”.
Chile vive una revuelta social sin precedentes desde el 18 de octubre cuando un suba en la tarifa del subte detonó incendios y ataques en la mayoría de sus estaciones y centenares de saqueos a supermercados, seguidos por multitudinarias protestas por un amplio abanico de demandas, que van desde mejoras en la educación, la salud y las pensiones hasta una nueva Constitución.
Al comienzo de la crisis, el Presidente anunció un paquete de mejoras sociales a las pensiones básicas, cuyo monto es de 146 dólares mensuales, y propuso rebajar los millonarios sueldos de los congresistas y aumentar los impuestos a quienes ganan más de 11.000 dólares al mes. Sin embargo, no logró atenuar las protestas.
En los últimos días su propuesta de abrirse a modificar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que abrió el camino al libre mercado y privatizó los servicios públicos, fue cuestionada: mientras el gobierno proponía una modificación desde el Congreso y la clase política, la ciudadanía demandaba su participación a través de una Asamblea Constituyente.
Así fue como finalmente, Sebastián Piñera hizo el anuncio de este martes por la noche, con el objetivo de calmar las aguas e intentar que el finalice el estallido social.
Fuente: TN