Millones de afganos votaron ayer para elegir presidente por segunda vez en su historia, en medio de fuertes medida de seguridad y desafiando los ataques talibanes que dejaron al menos 50 muertos informó el Ministerio del Interior.

El presidente Hamid Karzai calificó las elecciones de "exitosas" y dijo que constituyeron "una oportunidad para la paz y la estabilidad", tras expresar su deseo de salir reelegido en la primera vuelta "en interés del país". No obstante, la jornada electoral transcurrió en medio de una importante ofensiva talibán en varios puntos del país. El ministro de Defensa, Abdul Rahim Wardak, precisó que ocho soldados murieron y otros 25 resultaron heridos en varios enfrentamientos con la insurgencia, mientras cuatro atacantes suicidas se inmolaron. Un portavoz de la policía informó que en la provincia de Baghlan murieron al menos 22 combatientes talibán. Durante los comicios se registraron 135 ataques y las fuerzas de seguridad consiguieron impedir que actuaran seis atacantes suicidas. La tensa jornada produjo una baja concurrencia a las urnas en el Sur, el principal bastión de los talibanes, que podría perjudicar las chances de reelección de Karzai, y mejorar las de su principal rival, el ex canciller Abdullah Abdullah, quien además se benefició por una participación relativamente alta en el norte del país. En la provincia de Helmand, en el Sur, al menos 20 cohetes cayeron en la capital, Lashkar Gah, incluyendo uno cerca de una cola de votantes que mató a un niño, informó la policía. Autoridades de mesa de la sureña provincia de Kandahar dijeron que la afluencia a las urnas era alrededor de un 40% menor que la de los comicios presidenciales de 2004.

Karzai, que está en el poder desde la caída de los talibanes, en 2001, es el favorito de los 36 candidatos presidenciales, aunque un buen desempeño de Abdullah podría llevar a una segunda vuelta si ninguno logra más de la mitad de los votos.