Cuando este sábado se está cumpliendo una semana de la desaparición del equipo de futbolistas adolescentes en un entramado de cuevas de Tailandia, se sigue sin rastro de ellos pese a los esfuerzos de los rescatistas, en un caso que mantiene en vilo no sólo a los padres de los desaparecidos sino también a la opinión pública del país.

 

Una pausa en las intensas lluvias que cayeron durante los días en la zona de la búsqueda, permitió que se intensificaran las tareas en las últimas horas. Trabajos a los que se sumó, en las últimas horas, personal de la Policía y de las Fuerzas Armadas de Australia.

 

 

Hasta la mañana de este sábado, habían resultado infructuosas las búsquedas en varias salidas de la red de cuevas.

 

Los rescatistas encontraron dos grandes cámaras a una profundidad de entre 55 y 90 metros, dijo el vicedirector de la Policía tailandesa, Wirachai Songmettha. "Pero no estamos seguros de que lleven adonde está el equipo. Hoy indagaremos otros accesos a la cueva", agregó.

 

 

A lo largo de la jornada, los equipos de rescate reportaron un ligero retroceso del agua que entró en las cavernas. Los buzos han vuelto a entrar en la cueva por la que habían ingresado los chicos, pero tuvieron que regresar antes de lograr llegar al punto más profundo accesible. Se estima que los desaparecidos se encuentran en una cámara a unos dos o tres kilómetros de distancia de ese lugar.

 

La falta de experiencia de los rescatistas en este tipo de acciones es un problema adicional. Según los expertos, los equipos que participan del operativo están trabajando de forma descoordinada. Este sábado se realizó un simulacro de rescate para entrenar a quienes colaboran en esta acción de salvamento.

 

Doce chicos de entre 11 y 16 años y su entrenador, de 25, están desaparecidos desde el sábado 23 de junio. Decidieron entrar a ver la cueva Tham Laung-Khun Nam Nang Non después de un entrenamiento en la provincia de Chiang Rai, a unos 1.000 kilómetros al norte de Bangkok. No volvieron a ser vistos desde entonces pero sus bicicletas fueron encontradas junto a la entrada de la cueva.

 

 

Las autoridades estiman que el grupo fue sorprendido por una tromba de agua y se adentraron aún más en la cueva huyendo de la crecida. Los padres de los desaparecidos no han abandonado la entrada de la cueva desde hace días.

 

En Tailandia es época de lluvias y las precipitaciones dificultaron por varios días las labores de rescate. La unidad de la marina que ayuda en el salvamento señaló en Facebook que si baja el nivel de agua, los buzos están preparados para volver al lugar.