Ante la sequía que afecta el país, el Gobierno panameño amplió las medidas de ahorro energético y días atrás ordenó la suspensión de clases en escuelas y universidades públicas y privadas.

El Ejecutivo también ordenó ‘el cierre de supermercados, cines, bares, cantinas, casinos, discotecas y centros de diversión nocturna, de lunes a jueves a partir de las 10 de la noche y hasta las 6 de la mañana‘, indicó un comunicado oficial.

Además, declaró el estado de emergencia en las provincias de Coclé, Veraguas, Los Santos y Herrera, la denominada región del arco seco, debido a la ausencia de lluvias. El Gobierno panameño también ordenó ‘apagar los sistemas de aire acondicionado entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde en las oficinas públicas, centros comerciales, comercios y demás‘, añadió el comunicado oficial.

Las medidas que afectan al sector comercial y educativo se suman a otras vigentes, entre ellas una reducción de dos horas en el horario de trabajo de las oficinas públicas, limitar el uso de los aires acondicionados en esas dependencias y apagar los avisos luminosos comerciales de las calles.

Las medidas preventivas fueron ampliadas en vista de que la falta de lluvias aparentemente se prolongará, y porque con las primeras de ellas no se alcanzó las metas de ahorro energético.

Histórica

Mientras esta crisis energética es señalada como la peor en 15 años, la ministra de Educación, Lucy Molinar, dijo que la suspensión de las clases por tres días (que arrancó el miércoles pasado) no es una medida de su ‘agrado‘. Pero que la aceptó ‘en aras de no agravar un problema mayor‘. Molinar indicó que las clases se recuperarán en la semana de receso escolar a fines de este mes. Por su parte, el ministro de la Presidencia, Roberto Henríquez, señaló que se observará día a día el desarrollo de la situación y que hoy se evaluará si se prolonga o no la suspensión de clases.

Las medidas preventivas han sido ampliadas en vista de que la falta de lluvias se prolongará y seguirá incidiendo en el descenso de los embalses de las hidroeléctricas, que producen el 60 por ciento de la energía en el país. El restante 40 por ciento es producido por plantas a base de combustibles.

El problema se acentúa porque dos plantas termoeléctricas redujeron su capacidad de generación por daños en sus unidades, indicó el Gobierno. La Secretaría de Energía del país centroamericano reconoció el martes pasado que hasta ahora solo se ha logrado un 4 por ciento de ahorro energético con las medidas impuestas, cuando la meta era entre el 5 y el 7 por ciento.

Según datos de hidrometereología del centro nacional de despacho de la Empresa de Transmisión Eléctrica, S.A. (ETESA), el país vive ahora una de las temporadas de sequías más fuertes de la historia. ETESA ha señalado que con las medidas preventivas para conservar los embalses se suspendió también la exportación de energía en vista de que no hay excedentes.

El Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) y la Cámara de Comercio e Industrias de Panamá (CCIAP) señalaron que aplicarán las medidas recomendadas por el Gobierno. El CONEP anunció que ha instruido a las empresas asociadas que puedan generar electricidad de manera autónoma que lo hagan y salgan del sistema, para contribuir al ahorro de entre 200 y 300 megavatios de energía.

Fuente: Efe