Cerca de un millón de personas marcharon ayer en distintas ciudades de Francia, en protestas contra los planes del presidente Nicolas Sarkozy de elevar la edad de jubilación, mientras, que por otra parte, las huelgas de refinerías amenazan el abastecimiento de combustible de los aeropuertos.
El Gobierno dijo que las marchas tuvieron una menor asistencia que las que se realizaron en los últimos fines de semana, pero los sindicatos aseguraron que el número de manifestantes se mantuvo estable y que mantendrían su medida de fuerza previo a una votación del Senado el martes próximo.
La policía informó que sólo enfrentamientos menores se reportaron durante las movilizaciones de ayer. Por otra parte las huelgas de 5 días en el sector ferroviario y de refinerías aumentaron la presión al Gobierno de centroderecha, afectando el transporte dentro del país.
El suministro de combustible para aviones a través de un ducto clave se restableció ayer, dando un respiro a la complicada situación por la que atravesaban los aeropuertos de París, pero las huelgas en las refinerías francesas seguirían golpeando el abastecimiento la próxima semana. Los camioneros anunciaron que empezarán a bloquear las carreteras desde hoy, dijo un portavoz de su sindicato.
Por su parte Sarkozy está decidido a seguir adelante con la ley y ponerle freno a un déficit explosivo en el sistema de pensiones, pero los sindicatos ven la reforma como injusta y han protestado por semanas como presión para que la retire.
