La izquierda parte hoy como favorita en las elecciones presidenciales de Uruguay pero todas las encuestas señalan que se necesitará una segunda ronda electoral entre el oficialista, José Mujica y el candidato del Partido Nacional, Luis Alberto Lacalle, para saber quien será el sucesor de Tabaré Vázquez.

2,56 millones de uruguayos están llamados hoy a las urnas para elegir presidente entre un ex guerrillero y un veterano político, renovar el Parlamento y pronunciarse sobre dos polémicas iniciativas en plebiscitos simultáneos.

Los sondeos dan favoritismo al Frente Amplio, una coalición de comunistas, socialistas, democristianos y hasta ex guerrilleros que llevó a la izquierda por primera vez al poder en el 2004.

Hasta un 46% de las preferencias en los sondeos van a Mujica, de 74 años, quien fuera uno de los dirigentes del ex guerrillero Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T), nacido en la década de 1960 y desbaratado en 1972.

Pero, para consagrarse vencedor en la primera vuelta, como lo hiciera Tabaré Vázquez en 2005, el candidato más votado necesita el 50% de los votos emitidos

Para ganar la presidencia, un candidato debe tener la mitad más uno de los votos válidos, eliminando anulados y en blanco, o cerca de un 48,5% de los sufragios emitidos.

Esto le da chances de pelear, mano a mano con Mujica al ex presidente de centroderecha, Luis Alberto Lacalle, de 68 años que recibió hasta un 30% de adhesiones en las encuestas. Lacalle gobernó al país entre 1990 y 1995.

Con apenas hasta un 14,3% de apoyo aparece en tercer lugar la figura Pedro Bordaberry, del también histórico Partido Colorado e hijo de Juan María Bordaberry, quien en 1973 disolvió el Parlamento y dio paso a un régimen militar que terminó en 1985.

Con un elevado 7 a 9% de indecisos, los sondeos y politólogos apuntan a un triunfo de la izquierda hoy, pero sin la mitad más uno de los votos emitidos para poner a Mujica en el sillón presidencial directamente.

En ese caso, los dos candidatos más votados irán a una segunda vuelta electoral, marcada para el 29 de noviembre.

Sin embargo, el Frente podría retener su mayoría propia en el Parlamento, ya que necesitaría obtener la mayoría absoluta de los votos válidos, o sin tomar en cuenta nulos y en blanco.

Pese a la intensa campaña, los dos principales protagonistas de esta contienda electoral provocan fuerte rechazo, ya que están alejados del centro del expectro político donde se ubica la mayoría de los uruguayos, según sondeos y analistas.

Mujica está mucho más a la izquierda que el popular saliente presidente socialista Tabaré Vázquez, y sorprende por su deslucida forma de vestir, así como sus frecuentes exabruptos y palabrotas.

Lacalle, que ha tratado de acercarse a los más humildes, entre quienes es más popular su rival, es visto en el extremo derechista del Partido Blanco y muchos lo tildan de arrogante.

Las calles de Montevideo, donde vive aproximadamente la mitad de la población total del país, lucían ayer, mayoritariamente, embanderadas con los colores del Frente Amplio, lo que hace presumir que este distrito se consolidará como bastión del centroizquierda que gobierna desde 1990.