La amenaza de desborde de la protesta por la salida abrupta de Evo Morales del poder en Bolivia, el Gobierno interino de La Paz afirmó ayer que estaba dispuesto a dialogar con los simpatizantes del expresidente para desactivar las protestas que dejaron al menos 23 muertos y más de 700 heridos.
La oferta del Gobierno se puso en marcha luego de que los cocaleros de Cochabamba dieran 48 horas a la autoproclamada mandataria Jeanine Áñez para que renuncie. Sin embargo, el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, exigió el "repliegue" de las Fuerzas Armadas como condición para conversar.
El comandante general de la Policía, Rodolfo Montero, informó que se estaba "abriendo un diálogo" con los seguidores de Morales que en El Alto, ciudad aledaña a La Paz, mantenían cerrada la planta de combustibles de Senkata, que abastece a la capital.
"Estamos agotando el diálogo, justamente el comandante regional de El Alto está abriendo un diálogo con los señores del Distrito 8 para que podamos abrir la planta de Senkata y poder trasladar hasta acá el combustible necesario para poder normalizar (el abastecimiento) en la ciudad de La Paz", dijo Montero a periodistas, según la agencia noticiosa estatal ABI. Pero el MAS respondió que no dialogará mientras el gobierno no saque a las Fuerzas Armadas de las calles.
"Exigimos el repliegue de las Fuerzas Armadas; den condiciones para la paz, den condiciones para un diálogo sincero; no puede ser que mientras se está promoviendo el diálogo por un lado, por el otro se estén haciendo masacres con nuestra gente", afirmó la diputada Sonia Brito en conferencia de prensa, acompañada por otros legisladores.
En este contexto de total incertidumbre, y desde su exilio en México, Evo Morales dijo ayer que tiene "mucho miedo" a que la actual crisis desemboque en una guerra civil por lo que apela al "diálogo nacional" y a que sus seguidores y compatriotas no se dejen llevar por la violencia y cesar de inmediato con los enfrentamientos.
En una entrevista con Efe, Morales reclamó ayer un "gran diálogo nacional" como única manera de acabar con la violencia y abrió la puerta a la mediación internacional con presencia de la ONU, la Unión Europea o la Iglesia Católica.
Largas filas para abastecerse
Cientos de bolivianos realizaron largas filas en las calles de La Paz ayer para asegurarse algunos alimentos indispensables y combustible, mientras partidarios de Evo Morales continuaban paralizando la red de carreteras del país, aislando a los centros urbanos de las granjas de los llanos. Un avión militar Hércules abasteció a los habitantes de la capital con un cargamento lleno de productos cárnicos desde la influyente zona de El Alto, evitando así las carreteras bloqueadas. Muchos en las regiones más pobres de La Paz optaron por cocinar con leña, ante las largas filas para conseguir gas licuado, cilindros de gas y la escasa comida.