El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció ayer la mayor reforma financiera desde la Gran Depresión de los años 30, que reforzará el poder de supervisión de la Reserva Federal (el Banco Central norteamericano).

Este plan presentado ayer por Obama, que debe debatirse en el Congreso, apunta a endurecer la supervisión de las grandes firmas financieras, cuya excesiva toma de riesgos provocó la reciente crisis económica mundial.

"Mi Gobierno propone una reforma radical del sistema de regulación financiero, una transformación a una escala no vista desde las reformas que siguieron a la Gran Depresión", afirmó Obama ayer durante un discurso en la Casa Blanca.

La propuesta presidencial contempla además la creación de la Agencia para la Protección de la Financiación al Consumo, orientada a los productos que se distribuyen entre las economías domesticas, como hipotecas o tarjetas de crédito. Esta nueva agencia tendrá capacidad de regular para frenar el uso de prácticas injustas o abusivas.

Sin embargo, el aspecto fundamental de este plan de Obama es que la Reserva Federal (Fed) regule y supervise el funcionamiento de entidades que tienen un tamaño tan grande, que su quiebra puede poner en peligro la estabilidad del sistema financiero. La Fed también deberá vigilar más de cerca los riesgos sistémicos de los mercados financieros.

La idea es que la Fed "tenga nuevas competencias y responsabilidades para regular las compañías bancarias y otras grandes firmas que, de fracasar, plantean un riesgo a toda la economía", explicó ayer Obama.

A su vez, el plan establece la creación de una nueva agencia, el Supervisor Nacional Bancario, encargada de supervisar expresamente el funcionamiento de los bancos comerciales nacionales.

"Las reformas que proponemos buscan la aplicación de reglas que permitan a nuestros mercados impulsar la innovación y desalentar el abuso", explicó Obama.

Indicó que el plan anunciado ayer busca no solo que los reguladores se preocupen por la solidez de instituciones individuales, sino, "por primera vez, de la estabilidad del sistema en su conjunto".

Se esperan meses de debate legislativo para tratar este proyecto. Las comisiones del Senado y de la Cámara de Representantes sostendrán más de una decena de audiencias sobre la reforma regulatoria hasta mediados de julio. Los republicanos de la Cámara de Representantes ya ofrecieron un plan alternativo.

Como detalla el documento de 88 páginas, el proyecto de Obama plantea cerrar la Oficina de Supervisión de Entidades de Ahorro y Préstamo, una unidad del Departamento del Tesoro, y eliminar un fuero federal bajo el cual operan las cajas de ahorro y préstamo, con el objetivo de facilitar la supervisión bancaria.

Un consejo de reguladores presidido por el secretario del tesoro trabajará junto con la Fed para identificar posibles riesgos que puedan amenazar a todo el sistema financiero. El objetivo es asegurar que el colapso de una gran empresa no desestabilice a toda la economía.

Según el plan, el Gobierno tendría poder para embargar y desarmar empresas grandes en problemas que no sean bancos, tomando como modelo los poderes actuales de la Corporación Federal de Seguros de Depósito (FDIC, por su sigla en inglés) para desarticular a los bancos en quiebra.