La policía de Noruega buscaba ayer más víctimas y un supuesto segundo hombre armado luego de que un agresor de extrema derecha matara el viernes a unas 98 personas en un tiroteo y un ataque con bomba que han traumatizado al país europeo.
Anders Behring Breivik, el noruego de 32 años detenido tras los ataques, declaró ayer a la policía que la masacre que perpetró era ‘necesaria‘. ‘Dijo que cree que sus acciones fueron atroces, pero que en su mente eran necesarias‘, informó el abogado Geir Lippestad a la cadena TV2. Señaló que su cliente dijo que quería explicar sus acciones mañana en una audiencia en la corte.
El noruego está ligado a grupos ultraderechistas, fundamentalistas cristianos e islamófobos. La prensa digital señalaba que Breikiv subió un video a Youtube con violentas proclamas contra el islam y el multiculturalismo.
De ser condenado por las acusaciones de terrorismo, Breivik enfrentaría una pena máxima de 21 años de cárcel, dijo la policía. Breivik pertenecía a un partido contra la inmigración y escribía en blogs opositores al multiculturalismo y al Islam, pero la policía dijo que no lo conocían y que su actividad en internet no incluía hasta ahora instigaciones a la violencia.
Tras los ataques del viernes pasado, un equipo especial de la policía finalmente llegó a la isla, a 30 kilómetros de Oslo, capturando a Breivik tras casi 90 minutos de disparos, dijo el jefe interino de la policía Sveinung Sponheim durante una rueda de prensa.
“Todavía no sabemos (si actuó solo)”, dijo Sponheim, agregando que Breivik se había rendido inmediatamente y que había confesado. Sponheim dijo que tenían certeza de la muerte de 85 personas en el tiroteo ocurrido en la idílica isla
escandinava de Utoeya donde centenares de jóvenes de entre 14 y 17 años participaban en un campamento de las juventudes socialdemócratas. El jefe de la policía agregó que 7 personas han muerto hasta ahora al estallar una potente bomba en el complejo del Gobierno, situado en el centro de Oslo. La cifra general de víctimas fatales podría llegar a 98 si se prueba que algunos desaparecidos fallecieron.
En tanto, la policía noruega busca a un posible cómplice del presunto autor de los dos atentados. Según informaciones de la televisión pública NRL y de la agencia de noticias NTB, la policía basa esa hipótesis en declaraciones de testigos presenciales.
Según efectivos de seguridad del campamento donde murieron 85 personas, el agresor llegó en una camioneta plateada, con uniforme de la policía y dos armas, una pistola y un rifle automático. “Dijo que lo habían mandado para comprobar la seguridad”, contó. “Una operación de rutina tras los atentados en Oslo” ocurridos casi dos horas antes.
Entonces fue llevado en un bote de los organizadores hasta la pequeña isla, donde pasaban unos días unos 600 jóvenes de entre 14 y 17 años. Allí empezó a disparar.