El secretario personal del papa Francisco, el maltés Alfred Xuereb, destacó como el pontífice argentino ’trabaja incansablemente’, convirtiéndose ’en el párroco del mundo’.

En una entrevista publicada en la página web de Radio Vaticano con ocasión del primer aniversario del pontificado de Francisco, Xuereb explicó que el Papa ’trabaja incansablemente y cuando necesita un momento de pausa se sienta y reza el rosario’ porque le ayuda a relajarse. ’Recibe a una persona tras otra. Escucha con atención y recuerda con extraordinaria capacidad todo lo que ve y oye. Escribe cartas, llama por teléfono, saluda a todo el personal del Vaticano que encuentra y se informa de cómo están sus familias’, relató.

Xuereb comentó cómo el Papa ’tiene una atención especial por los enfermos. En los primeros meses de su pontificado sufrió fuertes dolores a causa de la ciática. Los médicos le habían aconsejado que bajase el ritmo, pero cuando ve niños enfermos o personas en sillas de ruedas él se inclina a saludarles olvidándose de todo’, incluso los dolores de espalda.

El secretario recordó como ’lo mismo ocurrió cuando fue a la cárcel de menores de Casal del Marmo para la celebración de la ceremonia del lavado de los pies del Jueves Santo, y donde a pesar del dolor, se puso de rodillas y besó los pies a internados’.

’El párroco del mundo’

Para Xuereb, ’Francisco es como un misionero’ que ’está llamando a la muchedumbre para que se acerque’. ’Se ha convertido en el párroco del mundo y está animando a todos los que se sienten lejos de la Iglesia a volver con la seguridad de que encontrarán su puesto allí’, agregó.

Xuereb revela que muchos párrocos y sacerdotes les cuentan casi diariamente ’cómo muchas personas han vuelto a la confesión y a practicar la fe católica empujados por el papa Francisco, especialmente cuando nos recuerda que Dios no se cansa de perdonarnos’.

El secretario del Papa explicó que muchas de las decisiones las toma después de rezar en la capilla, como el viaje a la isla siciliana de Lampedusa. ’Cuando entendió que esta idea le venía a la mente varias veces estuvo seguro de que Dios quería que realizase esta visita. El mismo método utiliza para elegir a las personas que llama para que colaboren con él’, dijo.

También relató como en su primer encuentro, el papa Francisco le gastó una broma. ’Tenía una carta en la mano y me dijo en tono serio: Aquí tenemos un problema, para después añadir, alguien me ha hablado muy bien de ti’, explicó.

Los llamados papales

Desde sus primeros días como papa, Jorge Bergoglio comenzó a destacar por la que ha sido una de sus aficiones fuera de protocolo más recurrentes: las llamadas telefónicas.

El portero de la sede en Roma de la Compañía de Jesús, a la que pertenece Francisco, fue el primero que escuchó su voz al otro lado del teléfono, preguntando si le podía poner en contacto con el superior general de la orden para agradecerle la carta que le había enviado el día anterior.

’Buenos días, soy el papa Francisco, quisiera hablar con el Padre General’, dijo el argentino, a lo que el portero, según desvelaron más tarde los propios jesuitas, a punto estuvo de responderle: ’¡Y yo soy Napoleón!’.

Desde entonces también han recibido su llamada un quiosquero de Buenos Aires, a quien le pidió que no le guardase más el periódico, o un joven italiano de 19 años que le envió una carta a través de un cardenal.

En España, las Carmelitas de Lucena (Córdoba), por encontrarse rezando, a punto estuvieron de perder la llamada de Bergoglio para desearles una buena salida del año 2013. ’¿Qué andarán haciendo las monjas que no pueden atender?’, es el mensaje que dejó en el contestador el Papa, con quien sí pudieron hablar unas horas más tarde, según confirmó la madre superiora.