Más de un millón de jóvenes llegados de todo el mundo, en una impactante ceremonia en la playa de Copacabana llena de símbolos, música y color, dieron la bienvenida al papa Francisco, quien los llamó a sumarse a la ‘revolución de la fe‘ y no dejarse tentar por ‘el tener, el dinero y el poder‘.

Francisco llegó al escenario central montado sobre la playa más famosa de Brasil a bordo del ‘papamóvil‘, luego de haber recorrido unas 30 cuadras por la avenida Atlántica, despertando grandes muestras de pasión y alegría entre los peregrinos que lo vivaban como si fuera una estrella de rock. En el trayecto, el argentino Jorge Bergoglio mostró su calidez saludando besando a niños y saludando a los jóvenes, algo que ya le hizo ganar el corazón de los presentes que participan de la JMJ.

‘Este año, la jornada vuelve por segunda vez a América Latina. Esta semana, Río se convierte en el centro de la iglesia, en su corazón vivo y joven‘, expresó el pontífice en un saludo de apertura que leyó íntegramente en castellano. Luego, en el marco de una celebración litúrgica, el papa convocó a los jóvenes a sumarse a la ‘onda de la revolución de la fe‘. En un primer mensaje, recordó a la Argentina y la ciudad de Buenos Aires por haber sido la primera sede internacional de este encuentro en 1987 y reveló que le pidió al papa emérito Benedicto XVI que lo acompañara en la jornada. ‘Ahora mismo estará viéndonos junto al televisor‘, comentó.

Tras una serie de espectáculos musicales y una celebración litúrgica, Francisco pidió a los jóvenes ‘poner fe, poner esperanza, poner amor‘ en sus vidas y les advirtió sobre la tentación del ‘tener, el dinero y el poder‘.

Estos ‘pueden ofrecer un momento de embriaguez, la ilusión de ser felices, pero al final nos dominan y nos llevan a querer tener cada vez más, a no estar nunca satisfechos‘, les advirtió.

‘Es muy triste ver a una juventud empachada pero débil. Tienen que ser fuertes, alimentarse de esa fe y no empacharse‘, agregó en el mensaje que alternó entre el portugués y el castellano.

Al inicio de la ceremonia, apenas subió al escenario y luego de que el arzobispo de Río, Orani Tempesta, le diera la bienvenida, comenzó el musical ‘Río de fe‘, con la participación de 250 jóvenes que presentaron a la ‘ciudad maravillosa‘ a través de la devoción de su pueblo y su fe católica.

Luego subieron las banderas de los 175 países participantes de la jornada y cinco jóvenes en representación de los cinco continentes saludaron al Papa, que tiernamente los estrechó en abrazos y los besó en la frente, rechazando las reverencias con la que los chicos se presentaban ante él.