Brasil vive horas de conmoción con la muerte en un accidente aéreo de Teori Zavascki, el juez del Tribunal Supremo de Justicia que llevaba adelante la investigación de corrupción más resonante en la historia de su país y que tenía ramificaiones en muchos países de la región, incluso en Argentina.
El juez, que estaba de vacaciones, perdió la vida cuando el avión en el que se trasladaba con otras tres personas cayó al mar cerca de la costa de Río de Janeiro.
Zavascki llevaba el caso Lava Jato, un expediente que salpica a gran parte de la clase política y empresarial brasileña, en el que se investiga sobornos pagados por empresas constructoras, la principal Odebrecht, a cambio de jugosos contratos con Petrobras y otras empresas del Estado.
Aquí en Argentina esa causa dejó en la cuerda floja al jefe de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), Gustavo Arribas, por el supuesto cobro de cinco depósitos de Odebrecht que ejecuta varias obras importantes en el país, como el soterramiento del tren Sarmiento.
‘Queridos amigos, acabamos de recibir la confirmación de que mi padre falleció; muchas gracias a todos por la fuerza‘, escribió en Twitter Francisco, un hijo del juez, quien confirmó el desenlace minutos después de que se conociera la noticia de la caída del avión en la tarde de ayer.
La avioneta había salido del aeródromo Campo de Marte, en la ciudad de San Pablo, con destino a Paraty, en el litoral sur del estado de Río de Janeiro, y se estrelló en el mar, a 2 km de la pista de aterrizaje. Los socorristas que intervinieron en el caso dijeron que la aeronave, un avión bimotor, llevaba cuatro ocupantes. En el lugar fueron encontrados tres cadáveres y un herido.
Los primeros reportes no incluyeron detalles acerca de qué pudo haber hecho que cayera la avioneta, más allá que testimonios de lugareños aseguran que en la zona se había desatado una fuerte lluvia.
Las autoridades aeronáuticas brasileñas abrieron de inmediato una investigación para determinar de manera fehaciente la causas del siniestro, pero las conclusiones pueden demorar semanas.
El Lava Jato, el caso en el que el juez Zavascki trabajaba como instructor desde el Tribunal Supremo, investiga una red de corrupción centrada en la estatal Petrobras, que licitaba grandes obras a favor de empresas de ingeniería y de construcción durante los gobiernos de Luiz Inácio Lula Da Silva y Dilma Rousseff.
Gran parte de esos negocios se lubricaron mediante el pago de millonarios sobornos, en un esquema de corrupción que involucra a influyentes políticos y poderosos empresarios.
El pasado 12 de diciembre, Odebrecht, la mayor constructora de Brasil y eje del expediente, aceptó pagar una multa de más de 2.000 millones de dólares a Brasil, EEUU y Suiza, como reparación por los daños causados en la trama de corrupción que investigan los tres países.
Odebrecht pagó y generó sobornos por más de 35 millones de dólares en la Argentina entre 2007 y 2014, según un documento de una corte de EEUU revelado ese día, que menciona a otros 11 países en los cuales se aplicó el mismo modus operandi, por al menos 788 millones de dólares.
Los sobornos con ‘más de 100 proyectos‘ se pagaron en Argentina, Colombia, México, Panamá, Venezuela, Perú, Guatemala, Ecuador, República Dominicana y en el propio Brasil.