No suele dar entrevistas y menos a medios extranjeros. Sin embargo, días atrás el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hizo una excepción y recibió en el Palacio de Miraflores a Jordi Évole, periodista la cadena de televisión española La Sexta.

 

Y vivió un momento de tensión. Pese a que la entrevista tuvo varias preguntas incómodas, hubo un momento en que Maduro pareció quedar entre la espada y la pared: cuando el periodista le mostró la cantidad de fajos de billetes de cien bolívares que se necesitan para comprar un paquete de pañales.

 

El mandatario bolivariano estaba hablando sobre los Comité Locales de Abastecimiento y Producción, que abastecen a seis millones de venezolanos con productos de la canasta básica, pero Évola lo increpó y le dijo que esa ayuda no era suficiente. A continuación, le contó los precios que había visto en el supermercado: 20 mil bolívares, un 5 por ciento del sueldo básico, por una docena de huevo; 30 mil bolívares por un kilo de azúcar; y 120 mil por un paquete de pañales.

 

 

 

“En el supermercado se encuentran precios desorbitados”, dijo el periodista y Maduro le contestó: “Depende en la semana”. Entonces, Évola sacó los billetes.

 

Y entonces el sucesor de Hugo Chávez se defendió y aseguró para explicar la situación de desabastecimiento que vive el país y la inflación record a la que el pueblo debe hacer frente: ” Venezuela ha sido cometida durante los últimos 4 años a una de las modalidades mas bestiales de la guerra económica que es la imposición de un sistema de cambio ilegal dominado desde Miami que fija el precio de la moneda venezolana”.

 

“Es un modelo para rendir a un pueblo, para quebrar el esfuerzo de construcción de una economía integrada, es un modelo para desesperar”, agregó el bolivariano.

 

En la entrevista, difundida ayer, Maduro también aseveró que “seguirá mandando un bolivariano” en su país en 2019, tras las elecciones presidenciales.

 

 

Respondiendo a Évole, que le preguntaba si se presentará como candidato en los comicios, previstos para finales de 2018, Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, dijo que eso lo tendrá que decidir el “movimiento bolivariano venezolano”.

 

“Ni me ofrezco ni me niego […] Lo que sí te puedo decir es que aquí, en el palacio de Miraflores, seguirá mandando un bolivariano. Eso sí te lo puedo asegurar”, declaró.

 

Venezuela está sumida desde hace varios meses en una grave crisis política. Las manifestaciones antigubernamentales de primavera dejaron 125 muertos y la oposición denuncia una “dictadura”.

 

 

 

El país, muy dependiente de los ingresos del petróleo, también padece escasez, principalmente de alimentos y medicamentos, una hiperinflación y una amenaza de default.