Varsovia, 11 de abril.- El avión militar con los restos mortales del presidente polaco, Lech Kaczynski, fallecido ayer al estrellarse el avión en el que viajaba, aterrizó hoy en el aeropuerto de Varsovia procedente de Smolensk (Rusia).

Durante el trayecto, realizado en un automóvil negro, entre el aeropuerto y la capilla del palacio presidencial, los restos de Kaczynski fueron saludados por las calles por miles de conmovidos polacos que aplaudieron y lanzaron emocionados flores a su paso.

El cadáver del jefe del Estado polaco fue reconocido el sábado en el lugar de la tragedia por su hermano gemelo y líder de la oposición conservadora, Jaroslaw Kaczynski, quien también recibió el féretro en Varsovia.

El cadáver de Kaczynski no pudo finalmente se repatriado junto al de su esposa, Maria Kaczynska, asimismo muerta en la tragedia aérea, ya que según el embajador polaco en Rusia, Jerzy Bahr, su cuerpo todavía no está entre los 24 identificados.

El primer ministro polaco, Donald Tusk; el presidente del Parlamento y jefe del Estado en funciones, Bronislaw Komorowski, y el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, presidieron el acto en el que fue recibido el féretro del mandatario, que llegó a bordo de un avión militar polaco modelo CASA, de fabricación española.

A pie de pista, además del hermano gemelo del presidente, esperaban otros miembros de su familia, incluida la hija del fallecido gobernante, Marta.

Alrededor del palacio decenas de miles ciudadanos venidos de toda Polonia también se agolpan para recibir los restos del presidente.

Fuentes gubernamental informaron de que esperan que el cuerpo sin vida de Kaczynski sea expuesto en el palacio presidencial para que los ciudadanos puedan despedirse del dirigente, aunque para esto será necesario ontar con la autorización de la familia.

La catástrofe ocurrió el sábado cuando la delegación de Kaczysnki viajaba a la ceremonia en recuerdo de los 20.000 oficiales y soldados polacos asesinados por los servicios secretos de Stalin en Katyn (Rusia) hace setenta años.

Tras la tragedia, Polonia ha decretado una semana de luto nacional en la que la mayoría de actividades culturales y deportivas serán canceladas.