Con el 33,8% de los votos, la canciller alemana, Angela Merkel, obtuvo ayer un segundo período en las elecciones generales y un mandato para formar un nuevo Gobierno con el libremercadista Partido Democrático Libre (FDP), que se espera rebaje impuestos para estimular el crecimiento.

La conservadora Merkel ha gobernado durante los últimos cuatro años en una incómoda "gran coalición" junto a sus principales rivales, los Socialdemócratas (SPD) de centro-izquierda.

Los resultados de la elección le dan libertad a Merkel para terminar con esa sociedad y le permiten formar la coalición de centro-derecha que ella argumenta está mejor posicionada para encarrilar nuevamente a la primera economía de Europa tras sufrir su peor recesión en la era de pos guerra.

El próximo Gobierno tendrá que lidiar con un creciente déficit presupuestario, con el cada vez mayor desempleo y con la amenaza de un nuevo racionamiento del crédito.

Junto con el FDP, se prevé que Merkel reduzca el rol del Estado en la economía y revoque una ley que obliga a cerrar plantas nucleares en Alemania durante la próxima década.

Los partidos, que estuvieron en el Gobierno alemán por última vez entre 1982 y 1998 cuando Helmut Kohl fue canciller, tendrán que superar diferencias en el tamaño y coordinación de los recortes fiscales en las negociaciones de coalición de las próximas semanas.