La represión del Ejército israelí contra palestinos que protestaban por el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén, al cumplirse 70 años de la creación del Estado de Israel, desató una masacre en la frontera de Gaza que dejó un saldo de al menos 55 muertos y casi 2.700 heridos, en la jornada más sangrienta desde que se inició la ola de movilizaciones masivas, el pasado 30 de marzo. El balance de víctimas aún provisorio y que no tiene precedentes desde la operación "Filo Protector" lanzada por Israel en Gaza en 2014, se produce luego de que decenas de miles de gazatíes lanzaran piedras y neumáticos ardiendo en más de una docena de puntos de la valla de separación, en protesta por el traslado de la legación diplomática, desoyendo las amenazas lanzadas por el Ejército. Mientras ardía la frontera, se oficializó el controvertido traslado a Jerusalén en una ceremonia que fue encabezada por el embajador de EEUU en Israel, David Friedman, y contó con la presencia del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, la hija del mandatario estadounidense Ivanka Trump, y el subsecretario de Estado norteamericano John Sullivan, entre otros funcionarios. La ceremonia incluyó la proyección de un video de salutación del presidente estadounidense Donald Trump, que utilizó su cuenta de la red social Twitter para afirmar: "Gran día para Israel. ¡Felicitaciones!".
Críticas
Como ya lo habían hecho, los líderes de Francia, Gran Bretaña y otros países, se mostraron en contra de la decisión de Trump de producir el traslado de su embajada.